Aquella noche había sido muy especial para Frank, había sido su primer aniversario de matrimonio y después de una muy ocupada semana, y un día lleno de ensayos, pruebas de sonido y largas horas en el estudio, estaba completamente agobiado, pero había sellado su día con una muy especial velada a lado del hombre que más amaba en el mundo, su Gerard.
Desconectados del mundo, en la terraza de su apartamento, con una copa de vino en mano, observando las luces de la ciudad pero al mismo tiempo ignorando todo a su alrededor, simplemente compartiendo la dicha de ser felices y de estar juntos, de una charla habían pasado a los besos, los cuales atrajeron a las caricias y finalmente habían terminado en la habitación.
Ambos cuerpos estaban aferrados el uno al otro, siendo cubiertos únicamente por las blancas sabanas, el cuerpo de Frank permanecía sobre el contrario con la cabeza sobre su pecho, con los ojos cerrados escuchando el dulce sonido de su corazón, Gerard por su parte se dedicaba a acariciar desde el castaño cabello hasta el fin de la espalda del menor y con una amplia sonrisa en el rostro una idea cruzo por su mente.
—Frankie, ¿Y sí tenemos un bebé? —El menor abrió los ojos de golpe, alzando la cabeza para ver el rostro de su amado.
— ¿Un bebé? —Preguntó sorprendido, sentándose sobre el regazo del mayor.
—Sí, sería maravilloso tener un pequeño en nuestras vidas —Sus orbes esmeralda mostraban un brillo único y sus palabras estaban repletas de ilusión, Frank no tenía idea de cómo decirle que no quería tener un bebe, ni ahora, ni nunca.
—No creo que sea buena idea —Comenzó, la sonrisa de Gerard desvaneció— No ahora, quiero decir… A lo que me refiero es que tú estás trabajando en la nueva galería y yo en el nuevo disco, un bebe en estos momentos no sería muy buena idea.
Un silencio incomodo se apoderó del momento, la sonrisa de Gerard no había vuelto, en su lugar una mueca de decepción se había posado en sus rosados labios, Frank se sentía culpable por arruinar las ilusiones de su esposo, pero a Frank no le gustaban los niños y no quería un bebé, para él solo son pequeños estorbos.
—En un futuro, cuando no haya tanto trabajo, al fin y al cabo aun somos jóvenes —El menor rompió el silencio, sus palabras eran una cruel mentira, pero era lo único que podía hacer que ese momento no perdiera su magia.
Su sonrisa volvió y sus ojos brillaron de alegría, abrazó al menor con fuerza y girándose hizo que este quedara debajo de su cuerpo.
—Me haces el hombre más feliz del mundo —Dijo mirando sus ojos avellana— Por eso te amo tanto mi pequeño Frankie.
—Yo también te amo —Contestó, antes de besar sus labios con ternura.
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Un Hermoso Error
Fiksi PenggemarFrank Iero, un joven de 26 años que decidió abandonar la universidad para dedicarse a lo que más le apasionaba; La música. Su vida parecía ir de maravilla, tenía una carrera como solista que cada vez iba mejor, un disco por grabar y el incondiciona...