Capítulo 6: ¿Un abrazo?

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Piensa......piensa, respira......cuentas hasta diez, mmmmm mejor hasta mil, me repito una y otra y otra vez en mi mente. No logro superar o siquiera creer todo lo que esta pasando. No debería ser ni legal sufrir tanto como estoy pasando. Levanto la vista y aun sigue mirándome Oscar, como si yo fuera la solución de toda guerra en este mundo. Si supiera que no sé que me esta pasando con Géminis. 

Es una sensación de paz y tranquilidad, como si de verdad ella y yo nos conociéramos de toda la vida, bueno ella me conoce de pies a cabeza y ahora a mi amigo y creo que a mi hermana de cierta forma, deja de mirarme, digo hacia mí, la mirada de mi amigo me esta empezando a incomodarme.

- Oscar, deja de mirarme, ¿acaso tengo monos en la cara o qué? - le digo porque en verdad me siento incomodo......de tantas formas.

- Es que no entiendo que esta sucediendo, ella actúa demasiado raro - confiesa tras darme una larga mirada y créanme que fue una larga.

- ¿Quién? - esto no puede ir por buen camino.

- Como que quien, Rose tarado, ella......ella actúa como si no fuera ella, es toda amor y abrazos, es......extraño, no hay mejor manera para decirlo - me dice negando con la cabeza, y  estoy de acuerdo con esto, es demasiado extraño.

- Bueno.....puede que sea extraña su actitud... - le digo volteando a verlo - ...como tu ocultándome la verdad sobre Charlotte- ¡Bum!, no podre olvidar tan fácil ese asuntito.

- ¿Qué quieres saber? ¿No he dicho ya todo? - me mira con cierto desprecio, pero bueno aun me quedan muchas dudas, ¿Cómo se puede olvidar todo eso, solo han pasado unas cuantas horas?

- Nop, ¿Cuéntame como la conociste? - soy el peor lo admito.

- Bueno, por lo visto quieres echar limón a la herida -

- Así es, con un poco de sal - nunca hay que perder el humor – Por favor Oscar, lo necesito -

- Está bien – me dice soltando un gran suspiro

- ¿Cómo paso? - le pregunto, veo como hace su pequeña lucha interna en si decirme o no, suelta un gran suspiro de rendición y comienza.

- Cuando viaje a Europa y llegue a Ámsterdam fui a un bar junto con mi grupo de viaje, estaba más que tomado y ahí estaba una hermosa mujer mirándome como si fuera lo más gracioso del mundo. Yo en ese momento no sabia si la estaba imaginando o era real, le pregunte si era real y ella se rio. Era una sonrisa hermosa. Me ayudo a quitarme la borrachera con su platica y por fin pude distinguir lo hermosa que en verdad era. Platicamos hasta la madrugada. Descubrimos que estábamos en el mismo hotel, ella viaja por Europa también pero en otro grupo - y vaya que me acuerdo de su viaje lo extrañe tanto al miserable

- Por los tres días siguientes platicamos, bromeábamos, salíamos a conocer la ciudad, cenábamos en restaurantes fabulosos y poco a poco me empezó a gustar. El viaje se estaba acabando y la ultima parada era en Roma. Estaba emocionado por todo lo que habíamos experimentado pero el problema era que no la iba a volver a ver, así que la ultima noche le pedí que fuera mi novia y ella acepto - no, no puedo creerlo, pero por Dios si creo que existen los ángeles, porque no a esto

- Me platico que sus padres la esperarían en Roma para ir hacia París a vivir una temporada, me suplico que los conociera y que viajara con ella, y bueno como sabes era imposible decirle que no... - ni que me lo diga, era terca como una mula.

- ...bueno accedí, llegamos a Roma y conocí a sus padres, Bob aunque no lo creas me acepto con los brazos abiertos y me llamaba hijo. Daba un poco de miedo, para esa altura él me había investigado a mí y a mi familia, lo sabia todo. Charlotte le hablo demasiado de mí y el sabia que me encantaba, viví con ellos por cerca de cuatro meses. Lo sé fui como un parásito, pero no me dejaban irme a un hotel...sus padres regresaron a San Francisco y Lottie y yo nos quedamos otro mes más, nos conocimos y llegamos a fantasear con nuestra boda perfecta... - Oscar se le empieza a poner llorosos los ojos tras el recuerdo, esto no es bueno, si el empieza a llorar yo empezare a llorar también.

LÁGRIMAS DE ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora