Prólogo: Mi adorada Charlotte

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Muchos consideran que enamorarse es una suerte, destino o una bendición y los que ni siquiera la consideran, la ven como una maldición, bueno déjeme decirles que para mi fue un todo, pero cuando yo creía que seria feliz que la alcanzaría la alegría, mi mundo se derrumbo. Creo que me he saltado unos que otros datos, mi nombre es Ryan Bickman, y ese día tormentoso y perfecto cuando me tope a la chica más bella que he visto, esos rizos oscuros que cubrían la parte derecha de ese hermoso rostro, lo primero que pensé es que: era un ángel, su piel morena, esa piel que me pedía a gritos que la tocara, sus labios tan carnosos y sus ojos, ¡oh! esos bellísimos ojos, la gente dice que son las ventanas del alma, no se equivocaban, y en ese momento lo supe: estaba enamorado.

El aire de ese noviembre era infernal era todo un caos, pero ese mismo aire me trajo el amor, poco a poco fui reaccionando y entendí porque la chica estaba enfrente de mi, en mi idiotez más grande, había tomado su bolso en la parada del metro en vez del mío, cuando de esos hermosos labios salió el más dulce sonido:

- Wow! Creí que no te alcanzaría- me dijo

- Lo siento tanto, no era mi intención tomar tu bolso, en verdad lo siento tanto - Y en verdad lo sentía, en mi bolso estaba la presentación que necesitaba en menos de una hora para mi trabajo, y si no la presentaba, mi jefe, ahora si que me despedía.

- Parecía que estabas huyendo - dijo la chica linda con una media sonrisa

- Perdona, tengo que llegar a mi trabajo y necesito presentar mi propuesta, que casualmente esta en mi mochila - en verdad me sentía el tonto más tonto del mundo.

- Descuida - ella me contestó con cortesía....es increíble. Mirándola como un bobo, sin duda me quede, cuando recordé porque la había visto....

- Oh, si es cierto toma - le dije tomando mi mochila y regresándole su bolso.

- Gracias, bueno será mejor que te deje, fue un gusto - ¡Oh no!, ella se estaba despidiendo y yo, como un idiota admirando su belleza

- Soy Ryan, mucho gusto.... - y en mi mente solo pasaba una cosa, que me conteste, por favor, que me conteste.

- Mucho gusto Ryan, me llamo Charlotte - siiiii, me contesto, no podría ser más feliz.

- Oye te agradaría salir un día conmigo, digo solo para compensar la metida de pata que he hecho -de donde estoy sacando tanto valor, en el ámbito laboral, soy un afortunado, pero en mi vida amorosa soy un maldito desgraciado perdedor y sin salvación alguna.

- Claro, toma, esta es mi tarjeta, háblame como eso de las 8 de la noche, pregunta por la licenciada Charlotte - LICENCIADA, es una licenciada y viste de esa forma, bueno practicare lo que siempre me educaron mis padres, nunca juzgues a una persona por su apariencia, pero bueno, con unos vaqueros, una blusa estampada, y sandalias en esta época de noviembre solo un hippie delirante en forma de ángel se atrevería a usar.

- Pasa algo....- ella me pregunta al notar que yo ya no me encontraba en este planeta.

- No, no esta todo bien, ok te marcare más tarde, fue un placer Charlotte - le digo

- Me puedes llamar Lottie - lo dijo con un poco de rubor en su rostro.

- Hasta luego Lottie - y ahí fue cuando mi destino ya estaba marcado

* * * * * * * *

Ya han pasado 4 meses desde que conocí a Charlotte, y un mes de que es mi novia, sé que nuestra relación es un poco precipitada, pero la amo, como un loco, la amo y corro con suerte porque ella corresponde este sentimiento tan hermoso. Pero algo esta pasando, Lottie actúa un poco rara, la noto más cansada, con la cara triste y esos hermosísimos ojos han perdido ya su brillo, le he preguntado que le pasa, pero se reúsa a decirme. Hoy nos veremos en nuestro restaurante favorito, ella dice que tiene algo muy importante que decirme, y yo también, le propondré matrimonio, así es "matrimonio", aunque me llame loco Oscar, mi mejor amigo por esta decisión precipitada, pero no me importa, la amo y se lo diré, esta misma noche.

* * * * * * * *

Y aquí estoy, con 2 horas esperando con una botella de vino tinto, esperando por la llegada de mi Lottie, pero no llega, pasan las horas y no aparece. Mi preocupación va en aumento ella jamás llega tarde, jamás. Mi mente paranoica comienza a trabajar, cuando de la nada aparece el padre de Charlotte, el Señor Taylor, no le he caído bien.

- Señor Taylor, que hace aquí, estaba esperando a Charlotte, pero lleva cuatro horas de retraso y no contesta su móvil -en mi voz se va notando la desesperación.

- Ryan siéntate por favor -me dice de la forma más sensible que alguna vez lo he escuchado hablarme- Lottie no podrá llegar, ella....ella esta...-

- Ella esta que....donde esta Charlotte señor.....ella esta bien -se me empieza formar un nudo en la garganta.

- Mi Lottie....mi Charlotte esta muerta - en mi mente, un tornado de ideas me están cruzando, el amor de mi vida, muerta, no, no puede ser verdad, no, No. Y lo único que puedo formular, mientras el señor Taylor llora sin consuelo.

- ¿Cómo? - no puede estar pasando, no es verdad, el esta bromeando, una cruel broma para mi, no, no, no.

- Ella te lo quería decir....pero se le adelanto la hora.... -su voz se va cortando cada vez más- Ella tenía cáncer Ryan, lo supo alrededor de un mes, pero ya estaba avanzado y no había nada que hacer, lo siento tanto hijo, sé que la amabas.....y ten por seguro que ella te amo con toda su alma - cada palabra la iba diciendo en forma de susurro, en mi mente solo puede pensar en porque, PORQUE.

- Sé que te preguntaras porque no te lo habrá dicho, pero ella quería que estuvieras con ella sin que sintieras lástima.....- y ya no puede contenerme más y explote.

- !LASTIMA!, yo jamás sentiría lástima, yo....yo debía estar con ella, ella tenia que haber confiado en mi, porque señor porque, ¿Cuándo sucedió? ¿Por qué apenas me avisan? -y ahí en medio del restaurante, con todos mirándonos, me puse a llorar como un loco, el amor se me había escapado, el único y verdadero amor estaba muerta y ese estuche pequeño de terciopelo rojo en el bolsillo de mi chaqueta quemaba en una promesa que nunca podre mencionar y que jamás podre cumplir, ya que la única persona con quien he querido compartir la vida, se ha marchado.

Y es así como todo cambio.

LÁGRIMAS DE ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora