PRIMO EDWIN/ PARTE 2

Calor

-- Al día siguiente me levanté temprano, mis tíos ya se estaban alistando para salir a trabajar.

La tía Mari me comentó que Edwin no trabajaba el fin de semana, por si quería llamarlo para que no me sintiera sola.

Al escuchar eso mi corazón se aceleró, respondiéndole de inmediato, que no era necesario molestarlo, ya que yo tenía pensando pasar una mañana tranquila, mirando  películas  en Netflix, ya que había ciertas series y películas que en México todavía no salía y allí ya se habían estrenado.

Claramente era una mentira, no tenía idea de que iba hacer.
Pero era obvio que por ningún motivo quería estar a solas con mi primo.

- Mi tía me  explicó todo lo que tenía que saber sobre la casa, como encender el aire acondicionado, como encender la estufa etc.

-- Por otra parte, el tío Oscar me regaló un celular en el cual ya venían archivados los números de emergencia, el número de ellos y el de Edwin. Me estaba sintiendo como si fuese una niña pequeña que por primera vez le estaban dejando sola en casa.

-- Después de todas las indicaciones, desayunamos los 3 juntos, los tíos se marcharon al trabajo y yo me quedé sola.

-- Me puse  a recoger la cocina, limpié la casa, subí a la recámara y me puse a estudiar un poco.
Luego miré algunos podcast, hablé con mis papás y con mis amigas.

-- Pasaban de las 2 de la tarde y estaba comenzando a aburrirme, el calor se sentía sofocante, así que decidí refrescarme en la piscina por un rato.
Me puse mi  traje de baño y salí a nadar. Estaba disfrutando del momento, cuando escuche a alguien entrar a la piscina, volteé de prisa y me encontré con mi primo frente a mi.

-- Me lleve la mano a mi pecho diciendo:

--- ¡Oh por Dios Edwin! me has dado el susto de mi vida---¿Qué haces aquí? --

---¡Lo siento!, no fue esa mi intención, yo solo me quería refrescar al igual que tú---.

---¡Aja si! -- ¿y quiere que te crea?--.

Edwin respondió que esa era mi elección, no dijo más y se puso a nadar.

--- Yo no quería estar a solas con él, no después de la amenaza que me había dicho un día antes, así que me dirigí hacia la orilla de la piscina para marcharme a la recámara.

--- Edwin al percatarse de eso, se sumergió y nado hacia mi, me tomó por la cintura y me hizo sumergirme también. Ambos salimos a flote y traté de escapar, pero Edwin estaba empeñado a no dejarme salir de ahí.
 
--- Me  estaba comenzando a enfadar, esperé la oportunidad y cuando Edwin se descuidó, golpeé con fuerza su entrepierna.

--- Salí rápidamente del agua, mientras mi primo se retorcía del dolor, me coloqué una toalla y corrí de prisa hacia la recamara.
  Segura de que mi primo no se quedaría tranquilo, agarré una mesita donde tenía la televisión y aseguré la puerta con ella.

--- Edwin tardó un poco en recuperarse, salió de la piscina, se cambió de ropa, subió hasta la recamara e intentó abrir la puerta, pero no lo pudo hacer porque estaba con seguro.
Comenzó a llamarme mientras daba pequeños golpes en la puerta:

--- ¡¡¡Abre la puerta, Mariana!!!, su tono de voz era suave, pero amenazante--.

--- Quiero conversar contigo---. ¡Anda!

-- Yo le respondí que no le abriría y que me dejara en paz.
Me cambie de ropa, y me tiré en la cama, segura de que mi primo no podía entrar, agarré mi celular, puse mi música favorita y me coloqué  los audífonos para ya no escucharlo. 

(Estaba tan tranquila, pero  lo que no imaginaba era que Edwin tenía una llave de ese cuarto)

Por tener la música tan alta, no escuché cuando Edwin me advirtió que si no le abría por las buenas, él iba a entrar por las malas....