Capítulo 3

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Consciente de que debía continuar esa pesadilla tan real, buscó un sauna cercano para quedarse

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Consciente de que debía continuar esa pesadilla tan real, buscó un sauna cercano para quedarse. Pasó su primera noche de insomnio, apenas pudo pegar el ojo en la mañana y cuando se levantó siguió con los mismos problemas e incógnitas que tenía desde que despertó en el hospital.

Al llegar la tarde, seguía sentado en una de las salas de descanso escuchando las conversaciones de las familias que pasaban cerca y echando ojeadas al televisor del otro lado que transmitía un programa de variedades. Su mirada bajó a la bolsa frente a él y sacó su cartera para registrar su dinero. Había pasado todo el día en blanco, pero ahora le preocupaba no tener lo suficiente para sostenerse. Ni siquiera a cien mil wons llegaba su presupuesto.

Soltó un largo suspiro. Se sentía tan confundido y desesperado que no sabía cómo seguir viviendo. Le costaba creer que no encontraba a la señora Jin, a la señora Kim, a la señora Hwang, a la señora Lee y a Kim Sua. En su mente reunió todos los sucesos extraños, tratando de entender lo que pasaba. No obstante, nada pudo hallarle respuestas. Por el contrario, se había fijado en algo muy curioso; los nombres de los establecimientos famosos eran parecidos pero no los mismos que había visto en toda su vida.

Al pensar en una cadena de restaurantes, su estómago rugió. Se tocó esa zona haciendo una mueca, ¿acaso se sentía hambre en medio de un sueño?

Bostezó. El olor del ramen del adulto a su lado le provocaba. Cerró sus ojos y recostó su espalda en la pared para dormir. Dormir lo haría olvidar todo por un momento, o tal vez, despertar. Pero las ganas de devorar algo no se fueron, abrió uno de sus ojos y miró el restaurante del sauna a unos metros diagonal a él. El menú de huevos cocidos y bebida dulce de arroz era lo único que se ajustaba a su bolsillo.

Ya sentado en la barra, la mujer que atendía no dejaba de mirarlo con curiosidad mientras él estaba en otro mundo.

—Disculpa, ¿qué te ocurrió ahí? —preguntó con preocupación poniendo el plato que pidió debajo de sus narices.

Yeonjun se tocó la sien por inercia. No quería hablar, pero por cortesía y para salir del paso, respondió:

—Tuve un accidente.

Ella no se conformó con eso, lo demostró con una mueca.

—Cuéntame. Puedo sentir que algo te tiene decaído.

Él soltó una corta risa amarga. No podía contarle que su vida antes de quedar herido era una persecución tras otra hacia un bastardo y que después de eso simplemente se sentía como haberlo perdido todo sin una explicación.

—Solo caí y ahora no sé nada... —susurró. Volvía a perderse en el enredo que había en su cabeza.

—¿A qué te refieres?

La voz suave de la mujer lo trajo de vuelta. Para su sorpresa, se encontró con tres nuevas caras. Las mujeres que atendían el pequeño salón de belleza de al lado se habían sumado. Yeonjun parpadeó como si fuera a caer dormido.

BLUEMING | Choi Yeonjun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora