Capítulo 13

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La vida sigue aquí...💙🌼 ¡Hola~!

💙🌼 ¡Hola~!

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령-ghost.
"Lo inexistente en realidad y que solo existe el nombre."

Su habitación estaba solamente iluminada por la lámpara que reposaba en su escritorio. Estaba frente a su computadora, con su bloc de notas abierto, su tableta gráfica a un lado, latas de cerveza, un paquete de papitas y su mente echa una maraña. Exhaló, extrañando realmente sentarse a trabajar en la historia de Yeonjun. Llevaba semanas sin hacer lo que le gustaba, sin explotar sus ideas, sin escribir el guión de un capítulo, sin hacer bocetos, ni nada que la sacara de su realidad. Lo único que se le ocurrió para matar el tiempo de alguna manera fue mirar los paneles viejos.

Sabía que tenía una razón para estar ahí, además de beber, pero también sabía que algo la detenía. No quería dibujar una historia sobre tristeza, ni soledad, porque sentía algo diferente. Sentía su corazón lleno, latiendo con fuerza, tranquila con su alrededor, por primera vez no sentía tanta melancolía por dejar un año atrás.

—Eh, ¿puedo pasar?

Se sobresaltó un poco por la voz de Yeonjun. El chico estaba de pie en uno de los escalones, esperando la luz verde para terminar de subir. Vestía lo que había tomado como pijama: una camiseta, una sudadera holgada y como era habitual algunas veces, sus pies descalzos. Se veía fresco y despreocupado.

Ella asintió.

—¿Qué haces?

Parecía curioso. Por inercia, cerró la ventana donde veía los dibujos. Él se quedó de pie, con su hombro recostado en la pared frente a Nari.

—Pensando.

—Tus dibujos... —soltó lentamente, ganándose toda la atención de ella— Yo creo que son buenos.

—¿Desde cuándo me espías?

—No quería interrumpir.

No supo cómo continuar la plática.

—¿Cómo fue tu día? Olvidé preguntarte.

Él se encogió de hombros.

—Igual.

Nari se cruzó de brazos y lo miró seria.

—¿Qué? —inquirió realmente sin saber qué había hecho mal—. ¿Te soy un estorbo?

—No. Solo... quiero tener una conversación contigo, ¿podrías ser más expresivo? —pidió, apenada de su explicación.

Yeonjun bajó sus hombros, como si hubiera sido derrotado.

—Ya sabes, trato de darle sentido a que respire día a día —soltó, buscando la sinceridad en su cajón de emociones—. Al final del día creo que solo espero llegar aquí y, bueno, verte está bien para mí.

BLUEMING | Choi Yeonjun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora