Tres semanas después...
Las semanas habían pasado con lentitud, adoraba justo cuando tenía que salir, pero ahora, solo me habían llenado mis horas de trabajo, trabajar por horas extras nunca había sido algo que temiera, desde aquel día, Oriana hizo lo que dijo.
Había llegado apenas había terminado de amanecer, su sonrisa mientras sostenía un par de cosas me hizo saber que ella no se iría si yo no le contase nada.
Y tal como fue, le había contado a cierta exactitud todo lo que había vivido en aquellos lujuriosos días, pero los detalles de su piel perdiéndose contra la mía, no se los había dicho en absoluto, era algo que solo yo, me llevaría dentro de todo mi ser.
El chillido que había salido de sus labios, me impresionó tanto que por un segundo había pensado que se desgarraría la garganta, y en ese momento me había reprochado miles de veces, y como si fuese poco, me interrogo más de lo que puedo para saber mejor.
Pero aquello solo fue una parte que me hizo vivir y recordar todo lo maravilloso que viví, a los siguientes días, mi trabajo me consumía por completo, tenía viajes a ciudades no muy lejanas, aquel hombre que consideraba el mejor jefe del mundo.
Me había torturado por tres semanas completas, multiplicando mi trabajo tres veces más de lo que eran, y todo había ocurrido por el tiempo que no había ido a aquella empresa, y, por si fuera poco, Joel Pimentel era amigo de Jean, algo que hacía más tedioso y complicado todo.
—No lo puedo creer, te juro Oriana, que esperaba con ansias este fin de semana. —de mi boca salió un bostezó—. He acabado casi todos los archivos que tenía pendiente, Joel se ha puesto demasiado pesado. ¡No he dormido toda la jodida semana! Aunque en parte en mi culpa... —chille.
La risa de Oriana lleno cada y una de las partículas del aire, y saliendo de aquel edificio, terminó por llamar a un taxi.
—Sabias que desde un principio seria así, podrás ser la chica favorita de Joel, pero una cosa es lo personal con lo laboral, además yo creo que te retuvo solo para verte más... —terminó de decir y solo rodé mis ojos.
—No empieces con eso, además Pimentel es amigo de Jean, y...
—Sean amigos o no, es inevitable babear por ti, además tu misma sabes que a Joel le gustas, es decir, haces bien tu trabajo, pero cada oportunidad pequeña que tiene en trabajo, a ti suele llevarte...
—A mí nunca me gustaría mi jefe. —terminó por decir. —Solo soy su asistente personal, su secretaria, o su mano derecha, nada más.
El trayecto en taxi, fue uno de los recorridos más rápidos, edificios y casas pasan a una velocidad considerable, el clima era frívolo, y por un segundo deseaba que unos brazos me envolvieran.
Mentiría si dijese que no lo extrañaba, porque sí lo hacía. Perdí el hilo de mis pensamientos apenas el auto se detuvo con lentitud, apenas llegamos a nuestro destino.
Me aferre a la calidad del saco apenas el frio entro en mi sistema, Oriana se posicionó a mi lado antes de comenzar a caminar por las grandes verdosas y edificadas tiendas, mi estomago sonó y a la par fue la de Oriana.
Tanto que reímos, el hambre era presente, nuestra jornada laboral había dado fin por este día, y posiblemente por los dos días más.
Sentí un peso menos en mis hombros, llegando a mi departamento me haría un caliente chocolate para que me sintiera cálida, y me despojaría de aquella vestimenta de empresa.
Y posiblemente llamaría a mis padres para ver cómo se encontraban.
El llamado de Oriana me saco de mi burbuja de pensamientos, y se detuvo con un abrupto completo, tanto que confusa imite su pequeño y curioso acto.
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Tercera noche (Completa)
FanfictionLa noche en que me perdiste fue la mejor de todas, ni tu eras para mi ni yo para ti, gracias aquella rota relacion pude conocerlo... Ahí observe por primera vez a un hombre de ojos mieles y cabello castaño, sentir su piel con la mía fue la mejor sen...