sea ━━Percy Jackson

four

CAPÍTULO CUATRO
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Narrador

Ni lo que quedaba el día anterior, ni el siguiente, Percy había vuelto a ver a Clair, y eso le preocupaba.

¿Y si por aquella vuelta del destino ella no le volvía a hablar? ¿A penas se habían hecho amigos y ya se iba a separar? «En serio gracias dioses, sois los mejores». La cabeza de Percy estaba llena de ese tipo de pensamientos mientras daba vueltas en su habitación apretando un poco su cabello.

Estaba tan centrado en ello, que ni siquiera se dio cuenta cuando alguien abrió las puertas de cristal detrás suyo, ni cuando esa misma persona se posicionó detrás de él. No fue hasta que sintió como tocaron su hombro, su instinto de semidiós lo primero que hizo fue llevar la mano a su bolsillo para sacar su espada, pero esos instintos fueron nublados de su ser cuando al girarse sintió de nuevo aquella suavidad sobre sus labios.

La miraba, allí estaba. Clair se encontraba con los ojos cerrados, tomándolo del brazo para que así llegara a su altura, y estaba besándolo. Percy intentó procesar todo aquello en su mente, más lo mandó a la mierda cuando la mano que antes estaba en su bolsillo la llevó a la cintura de la chica, pegándola más hacia él y siguiendo el beso.

Ninguno de los dos sabía el por qué de lo que hacían, pero les gustaba y con eso era suficiente. La de mechas llevó las manos hacia los hombros de su amigo y este puso su mano libre en la cabeza de ella, haciendo ligeramente más presión, como si le pidiera que no se separara. Sus labios se movían al compás en un arduo juego que ni comprendían cómo empezó, Percy le daba algunas ligeras mordidas a sus labios que por lo que notaba a ella le gustaban, por su mente ni se preguntó cuándo fue que aprendió a hacer esas cosas ya que nunca antes había besado, solo se centraba en disfrutar sus deliciosos labios.

Como si esto fuera poco para ella, comenzó a empujar ligeramente a Percy, el se dejó llevar dando algunos pasos torpes, terminando por caer sentado en la cama. No dudó ni un segundo y la jaló hacia él provocando que se sentara encima suyo, Clair jugaba enredando los dedos en su cabello, disfrutando la suavidad de este, mientras que el semidiós se centraba en acariciarle la espalda, a veces detendiéndose a jugar con la unión de la parte de arriba su bikini. Pues sí, la chica andaba arriba solo con su bikini mientras abajo tenía puesta una falda.

En estos momentos ya ninguno de los dos pensaba con claridad, ella le había quitado la camisa que traía puesto y lanzado a cualquier lugar de la habitación. Comenzó a explorar su pecho y abdomen como el día anterior, pero ahora con ambas manos y de una forma más sensual. La armonía entre los labios, manos y cuerpos de ambos era genial, pero terminó todo siendo interrumpido por una voz en la habitación adyacente.

— ¡Hijo ya volví! —Sally había llegado. Ambos abrieron los ojos como platos y rápidamente se colocaron de una forma decente, Percy teniendo que volver a ponerse la camisa y una almohada sobre su entrepierna. — Oh Clair, no te esperaba aquí ¿Qué hacían? —Les preguntó, después de haber abierto la puerta que conectaba las habitaciones y entrado.

Se quedaron callados por unos segundos procesando lo que dirían, por qué obviamente no le podían hablar de aquella situación en la que estaban hace escasos segundos .

— Acabo de llegar señora Sally, íbamos a ver una película en la TV. —Se aventuró a decir abrazando a Percy por los hombros sonriente.

— Oh ya veo, que la disfruten niños. Traje sándwiches y refrescos, si los quieren búsquenlos en el mini–refrigerador de mi habitación. —le devolvió la sonrisa para después volver dicho lugar cerrando la puerta tras de sí.

— Esto. . . —el chico miraba hacia el suelo apenado, sin saber mucho sobre qué decir.— ¿Qu–qué fue eso?

— Pues, eso. Simplemente sentí la necesidad de hacerlo. —se encogió de hombros sonriendo, ni ella misma tenía la respuesta a esa pregunta, pero era verdad que sintió ese impulso.

— Va–vale. . . —alzó la mirada hacia ella, la cuál no se resistió y dejó unos cuantos pequeños besos en sus labios.— Clair. . . —los nervios de ese momento provocaban a las cuerdas vocales del muchacho fallar.

— Shhh. —interrumpió y encendió la televisión mientras lr seguía besando.— Solo calla y disfruta.