sea ━━Percy Jackson

five

CAPÍTULO CINCO
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Narrador

— ¡Vamos Percy! Quiero ver el show. — Clair se hallaba fuera de la habitación de cierto ojos marinos esperando que se terminara de arreglar. Hay habría un show cerca de la piscina del hotel, bailarían, cantarían, tendría actos de magia ¿¡Cómo se iba a perder eso!? Ah no, pero claro, Perseus Jonathan Jackson se tenía que demorar preparándose.

— Ya estoy, apurada. —ella se le quedó mirando, vaya, esos pantalones de mezclilla junto a ese pullover azul oscuro y sudadera negra le quedaban fenomenal.— ¿Qué? ¿Te comió la lengua un pez?

— Cá-cállate... —desvío su mirada de él, sonrojada, y le tomó de la mano para ir a donde se efectuaría el show.

Al llegar ambos tomaron asiento en la primera fila, regalitos de papá, hah. Habían llegado con un poco de retraso, ya tenía comienzo, se veían personas haciendo malabares y miles de cosas de ese estilo. La más joven miraba aquello como si fuera una niña pequeña, quedando maravillada y sin despegar la vista, mientras que su acompañante no la despegaba de ella. Sonreía con ternura por verla tan emocionada.

Después del show haber terminado, todos se fueron a sus habitaciones, excepto la pareja de Percy y Clair, que se habían quedado sentados a la orilla de la piscina.

— En serio a veces pareces niña pequeña. —la miraba divertido, sin poder ocultar esa sonrisa de juguetón.

— Oh vamos, ya para Percy. —rodó un poco los ojos haciéndose la molesta, más su característico sonrojo no la ayudaba mucho.

— Vale vale. —intentó retener las risas.

— Idiota. —infló los cachetes mirándolo, él murió por dentro al verla hacer eso.— ¿No crees que ya es algo tarde? Deberías ir a tu habitación.

— No pasa nada Clair, no te preocupes. —colocó la mano sobre la suya mirándola a los ojos.— Estoy algo mayorcito para que mi madre me regañe por acostarme tarde.

— Mayorcito dice. —No pudo evitar dejar salir una pequeña risita, más Percy la miró entrecerrando los ojos.

— Ya soy un hombre querida. —sonaba algo retador, parece que le había dado en el ego.

—No lo creo. —le sacó la lengua algo divertida, entonces sus risas se detuvieron al sentir algo morderla. Se había acercado a ella y dado una ligera mordida en la lengua.

— Deja y te lo demuestro. —Se abalanzó más sobre ella y como si de un hechizo se trátase, ella se movió hacia atrás hasta que su espalda sintió el gélido suelo.

Clair no dijo una palabra ni se quejó, se la debía después de lo de ayer. Un ligero suspiro se le escapó de los labios al sentir los húmedos besos de Percy en su cuello, en serio esa zona era muy débil, pero lo disfrutaba. Él llevó las manos a su cintura y la acarició un poco, luego agarrándola firmemente y volviendo después a un toque suave.

Trababa de retener los suspiros que sus acciones le causaban, porque si no lo hacía serían demasiados y la vergüenza no podría con ella. Más uno de sorpresa fue el que soltó cuando, sintió la fuerte mano de él llegar a uno de sus pechos y masajearlo firmemente, no se había esperado eso, para nada.

— Pe–Percy. —si no se hubiera esforzado, aquello casi hubiera sonado como algo que no quería que sonase. Él la miró por unos segundos sin quitar los labios de su piel.— Estamos en un lugar público. —aunque ustedes hayan dicho que pare, a ella lo que más le preocupaba era que alguien los viera.

— Te dije que te lo iba a demostrar. —Su voz, oh cielos esa voz, sonaba tan ronca. Tragó fuerte y le dejó.

De un momento a otro, no sabía ni cuándo había ocurrido, pero se encontraban metidos en la piscina, ella acorralada contra la pared de esta y él atacando aún su delicado cuello y masajeando su busto. No entendía cómo eso se le hizo más morboso.

Su ropa estaba completamente mojada, y fría, se sentía más fina por el agua haciendo que pudiera sentir perfectamente el cuerpo de su amigo. Algo deseosa de ya sentirlos, lo tomó de la nuca e hizo que llevara los besos a sus labios, por los dioses Percy amaba esos labios. La volvió a acomodar ya que sentía que se había bajado un poco de la primera posición, ahora pegándola más a él. Clair no pudo evitar la acción de abrir los ojos al sentir entre sus piernas aquel bulto que se comenzaba a formar entre las de él. Bien que nunca antes había tocado a un chico, pero las novelas que había leído le dejaron bien claro lo que era eso, y era algo que sinceramente la llenaba de curiosidad, pero, no para este momento.

Llevó las manos a los tirantes del vestido de ella y los comenzó a bajar, a ella la verdad eso no se le hizo problema así que no le negó la acción. Percy se quedó mirando hacia allí, no traía sostén así que al instante pudo apreciar bien lo que era su busto.

Ya llevaban varios minutos sintiéndose uno al otro, besándose, mirándose deseosamente, olvidándose incluso que estaban en el agua fría de la piscina a plena madrugada.

Ese momento de felicidad y lujuria fue interrumpido al sentir unos pasos cerca de allí, inmediatamente se zambulleron debajo del agua, de paso, Clair volviendo a acomodarse el vestido. Después de un rato de que Percy se asomara y no viera a nadie, decidieron que ya era hora de irse de allí.

Caminaron hacia la habitación del chico con tranquilidad, como si hace unos minutos no se hubieran estado comiendo uno al otro. Al ya haber llegado y entrado, Clair apagó las luces, sorprendiéndolo, se acercó a él y lo volvió a besar ferozmente llevándolo hacia la cama, donde siguieron así toda la noche sin importarles estar completamente empapados.