seven

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CAPÍTULO SIETE
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Narrador

Ya había llegado el día donde Percy y Sally se irían del hotel. Habían recogido sus maletas, Percy con la ayuda de Clair, solo estaban esperando que fuera la hora exacta de partida

— Te voy a extrañar. —presionaba fuertemente su mano como si nunca lo fuera a soltar, ella quería que fuera así, no se quería alejar de él.

— Palomita, no te preocupes. Nos volveremos a ver. —dejó un beso en su mejilla, ese apodo que le había dado a ella le gustaba.

— Hace falta que así sea. —bajó la mirada, en serio estaba reteniendo las lágrimas.

— Cariño, ya hay que irnos. —Sally estaba asomada a la puerta entre las habitaciones y ya llevaba sus maletas en las manos.

Ambos se sintieron vacíos después de escuchar esas palabras. Se levantaron, Percy tomó su mochila y Clair lo ayudó con una maleta, y así se dirigieron hacia la recepción. Sally estaba entregando las llaves de las habitaciones y ellos no podían hacer más que agarrar fuertemente sus manos, se miraban con tristeza, no se querían dejar.

Caminaron hasta la salida del hotel y metieron las cosas en el auto, la mujer mayor se despidió con un abrazo de la chica y entró al auto comenzando a encenderlo. Los jóvenes se habían quedado mirando uno al otro, sin saber que decir.

— Esto. . . —ella dió el primer paso.— Gra-gracias por estos maravillosos días a tu lado Percy, y por. . . lo otro. —desvío la mirada roja, obviamente no iba a decir eso con Sally cerca.

— A ti igual, Clair. —la estrechó entre sus brazos fuertemente, sin ganas de separarse de ella ni un segundo pero, así tenía que ser.

— Prométeme que volveremos a vernos. Por favor. —susurró en modo de súplica, eso le rompió el corazón al hijo de Poseidón.

— Así será. —depositó un dulce beso en sus labios, el cual ninguno de los dos tenía intenciones de terminar y desgraciadamente así tuvieron que hacer.

— Nos vemos Percy. —soltó su mano lentamente.

— Nos vemos Clair. —sonrió de lado con algo de tristeza impregnada y caminó hacia el carro, entrando a este.

Ella se quedó mirando hasta que el vehículo desapareció de su vista en las lejanías. Bajó la mirada y volvió a entrar en el hotel, fue hasta su habitación y se adentró al baño para lavarse un poco la cara, tenía que aguantar las ganas de llorar.

Cuando ya estaba por romper en llanto, alzó la mirada hacia el espejo y casi se dio un susto de muerte al ver una imagen tintineante de una paloma con un ovillo de hilo en el pico.

— ¿¡Pero qué cojones!?

sea ━━Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora