Si decides querer (Draco Malfoy)

Capítulo 10

- ¿A Cormarc?

- Sí, a Cormarc, es lo que he dicho - Hermione parecía más abatida que nosotros dando la noticia.

- Pero si decías que era estúpido.

- Precisamente por eso, creí que sería quien más cabrearía a Ron - la castaña suspiró - Pensaba invitarle a él, pero estaba tan tonto...

Nos estábamos maquillando para la noche; la cena empezaría en seguida y la gente ya había comenzado a bajar.

- Bueno, para que se entere. Seguro que está rabiando en su habitación - dijo Gin.

- Al menos Gin sí que va a ir con Harry.

Ella se sonrojó ante el comentario y siguió alisándose el vestido que ya estaba más plano que una tabla.

- Le costó pedírmelo, hay que decirlo - añadió.

- Lo sabemos, estuvimos animándole a ello - respondí yo.

La pelirroja puso la boca en forma de O y luego se echó a reír.

- Pensaba pedírselo yo, pero tenía que ponerle a prueba.

No habíamos elegido las mejores galas para el evento, nadie se esperaba una fiesta o algo mínimamente parecido en aquellas circunstancias. Hermione iba muy mona con el amarillo pálido, la fina tela resaltaba su figura. Ginny había optado por uno de color verde oscuro, parecido al terciopelo, y que tenía algunos detalles negros como perlas. Su madre había insistido mucho en que quedaba genial con su pelo, y aunque a ella no la convencía del todo, estaba preciosa. El mío era algo más sutil. Me lo había comprado en verano, en uno de los pocos días que salí con mi madre, y era de color rosa claro. Tenía unos tirantes que me gustaban bastante y era sobre todo muy cómodo. Desde que lo compré, no había tenido oportunidad de ponérmelo.

También le había pedido a Hermione que me alisara el pelo con un hechizo. Me sentía realmente rara, como si no fuera yo la que aparecía reflejada en el espejo, pero no estaba mal variar de vez en cuando. Con un poco del maquillaje más básico, decidí que ya estaba lista.

- Ya está con su colonia de canela - dijo la pelirroja mientras yo me echaba un poco de mi perfume habitual - Hueles a Navidad.

- Estoy segura de que a Adam le gusta la Navidad - intervino Hermione.

- A todos nos gusta la Navidad, pero nadie se quiere follar a la Navidad.

- ¡Ginny!

Estaba segura de que ella esperaba esa respuesta por mi parte, porque se puso a reír estrepitosamente en cuanto yo intenté darle una colleja.

- Anda, vamos.

Era un poco extraño ver a la gente que no estaba invitada regalarnos miradas de desprecio mientras se dirigían al Gran Comedor. Todos sabían hacia dónde nos dirigíamos, porque la noticia de la fiesta del nuevo profesor de Pociones se había extendido muy rápido.

Lo peor fue cuando en uno de esos grupos apareció Ron. Se hizo el despistado, se rió de algo que Seamus no había dicho, para luego volverse hacia Hermione justo antes de doblar la esquina. Ella, sin embargo, levantó la cabeza y sonrió.

- Él se lo pierde.

Cuando llegamos, ya había un buen número de gente que esperaba a sus parejas. Donde se mezclaban las cuatro casas, también se fusionaban los colores, vestidos y trajes de cualquier tono, bebidas en mano y bandejas con los manjares más extraños. Vestido de blanco, Neville ofrecía algo para picar a quienes llegaban.

- ¿Neville? ¿Qué haces así? - me acerqué a preguntarle.

- Slughorn me lo pidió, así al menos puedo estar en la fiesta - el gryffindor me sonrió bastante contento con su trabajo y me señaló un pastelito de color verde que llevaba en uno de los platos.