Capítulo 9

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NATHALIE

Como si fuese una tradición, el revuelo en todo el colegio se intensificaba considerablemente en los días de partido. Se hacían vitores a los jugadores de un equipo y también se oían los "uuuuuh" cuando pasaban los del otro. Casi todo el mundo se ponía en un bando y había veces que los prefectos tenían que estar alerta por si a alguno le daba por tirar un hechizo en medio del pasillo.

Esta vez, el rojo y el amarillo se mezclaban en un torrente de miradas cargadas de tensión. Hufflepuff y Gryffindor siempre nos habíamos llevado bien, pero la cosa cambiaba mucho en días como aquel. Los jugadores arrastraban sus escobas, cabezas trasnochadas pensando en la emoción del juego, sonrisas y choques al pasar ante grupos numerosos.

Ron temblaba como un flan. El pobre sentía todas las miradas sobre él y la presión familiar como si fuera un muerto. Decía que no había entrenado suficiente, que no estaba preparado, que era mejor que le sustituyera Cormac o alguna excusa similar, pero Harry le decía todo lo contario al mismo tiempo que intentaba apartar sus propios nervios.

- Tranquilo, Ron, solo intenta no distraerse - le animó su hermana. Ginny parecía toda una profesional con el equipamento haciendo juego con su pelo.

- Para ti es muy fácil, lo llevas en la sangre.

Herms lo miraba alicaída desde una cierta distancia. Lo suyo era muy raro, les había visto compartir algunas caricias infantiles y acercarse más de la cuenta el uno al otro, pero parecía como si se escondiesen. Los dos eran muy tímidos.

- Recuerdas todas las estrategias, ¿no? - repetía Harry. Los dos hermanos asentían.

El resto del equipo llegó no mucho después, todos llevando el rojo con orgullo y en seguida se formó un corro involuntario alrededor del capitán del equipo, uno del que me excluí alejándome hacia el chico vestido de amarillo que parecía mucho más perdido de lo normal.

- ¿Nervioso?

Casi saltó cuando me oyó, todavía sin verme, de entre dos cuerpos de diferentes sexos que nos separaban.

- Ah, eres tú - contestó cuando logró verme en el momento en el que la masa humana se empezaba a mover - Bueno, un poco, es el primer partido de la temporada.

Una cosa que le solía pasar a Adam es que las mejillas se le sonrojaban fácilmente, pero lo raro es que no llegaban a colorearse del todo, sino que se adornaban de unas manchas rosas e irregulares que le hacían verse muy tierno. Le quedaba muy bien el traje de Quidditch, los colores de su casa le daban un aspecto más alegre si podía y le subrayaban los centímetros que me sacaba.

- Me duele que esta vez no apuestes por mí, pero voy a hacer que te arrepientas.

Desvió los ojos hacia abajo en un acto involuntario, luego volvió a mirarme como si su buena educación se lo requiriese.

- Pareces muy seguro de ti mismo - le respondí con cariño.

- Necesito estarlo.

La gente ya comenzaba a empujar para llegar al campo, siempre la misma prisa de prepartido. No tuve más remedio que salir con el hufflepuff que era saludado de vez en cuando con palmadas en la espalda y algún que otro silbido. No hablamos mucho hasta ver las columnas de colores, banderines y bufandas, donde cada uno se dividió con un ligero movimiento de cabeza y sendas sonrisas.

- Confraternizando con el enemigo, eh - pocas veces veía a Hermione con esa cara de ver intenciones ocultas.

- Tú al parecer tienes más preferencia por los leones - apunté mientras señalaba con la cabeza a una persona tres asientos detrás de ella.

Si decides querer (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora