William Afton

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Rojo, rojo puro; rojo tinto, era todo lo que William Afton podía ver en estos momentos; no se esforzó en tratar de salir de aquel líquido en el que se encontraba, no hasta que escuchó una voz llamarlo, una voz familiar. Cómo pudo escapó de ahí, aún con agua en sus pulmones.

— Ah - Suspiró la figura aliviada — Me temía que te ahogarás, qué suerte que saliste. Me preguntó por qué todos aparecen ahí... - Canturreó, invitando a William a sentarse junto a ella indicándole un banco. Su voz era demasiado familiar; demasiado; dulce, materna; definitivamente no la voz que pensaba que alguien semejante al diablo tendría. Y que sorpresa que al acercarse más a ella, pudiéndola distinguir del paisaje rojizo; su vestido era precioso, sus joyas lujosas y su rostro casi perfecto, como el de alguien que solía conocía conocer.

Tal vez, tal vez se equivocó; no era el diablo; más bien la parca, sí, eso tenía más sentido. La observaba en silencio pescar, mientras pensaba por qué se le hacía tan familiar su rostro, su voz.
Y luego de un tiempo recordó.

— Angelica? - Preguntó Afton desconcertado, no había visto a su hermana en años, y tendría sentido que ella sea quien lo juzgue, es abogada, estuvo en un montón de juicios de su lado; seguro era la jueza perfecta. Además se veía preciosa, una lástima que hayan quedado en malos términos; con él matando a su esposo y todo eso.

— Disculpa, no sé de quién hablas. - Confesó la entonces, desconocida mujer; trayendo el hilo de la caña más hacia ella.

— ¿En serio?

Hubo un silencio de 5 minutos, en los que la mujer trataba de recordar algo; sus ojos rojos como el resto del lugar brillaron, y rápidamente le habló al hombre.

— ¿No era tu hermana? ¿La que le mataste el esposo, dejaste a sus hijas sin papá y cuando te pidió la custodia de Michael le dijiste que no? - Preguntó curiosa y juguetona, William se ofendió; ¿Sabía todo eso pero no era su hermana? ¿Qué rayos?

— Uh; ¿si no eres ella cómo sabes todo eso? - Reclamó Will ofendido; sí, le hizo cosas malas a ella, pero no era lo peor que hizo. Su esposo no la merecía; y las pequeñas Beth y Elise podrían valerse solas.

—Ay, cariño - Bromeó, hizo una pausa, tiró la caña nuevamente y volvió a hablar; — Se supone que estoy ayudando a hacer tu infierno personal; te he observado desde hace tiempo, desde la primera vez que moriste, aproximadamente. Lo sé todo. Eras pequeño, me apiadé de ti, y mira cómo lo pagas: Matando gente inocente.

— ¿¡Cómo se supone que yo iba a saber eso!? ¿Cómo se supone que tendría que pagarte si no sabía de tu existencia hasta hace unos minutos? - Reprochó William, típico de él. La contraria estaba empezando a perder la paciencia; la diferencia entre él y su hijo era inmensa, y supuestamente todos los confundían, qué estúpido todo. Él era estúpido.

— Y-

— Espera; ¿¡Cómo que infierno!?

Ella sonrió.

— ¡Tu infierno personalizado: 100% acomodado a tus errores, miedos y pesadillas! Bucles infinitos, personas que has traicionado y personas que te traicionaron a ti. ¡Todo adaptado para tu mayor sufrimiento! - Bromeó, recogiendo el hilo de la caña y convirtiendo esta en una guadaña. William miraba con terror.

Eso le gustaba.
Esto iba a ser divertido.

Sujetó al menor de los hombros, impidiéndole uir. Observó el paisaje por unos momentos, y volvió a hablar.

— Pero primero...

William tragó saliva.
Estaba nervioso.

— ¿Quieres visitar a alguien? Eres un tremendo gilipollas sí; pero es lo que se hace en estas situaciones.

William se quedó callado; por mucho tiempo, la más alta se estaba estresando. Will la verdad no estaba pensando en eso, más bien estaba observando el lugar, pinos altos, arbustos enormes, un pequeño lago y dos bancos; todo en tonos rojizos; y sin aparente forma de salir. Estuvo en un trance hasta que recordó la pregunta.

— No. - Respondió rápidamente.

— ¿No? - Dijo sorprendida la bella dama; — ¿Un amigo? ¿Familiar? ¿Hijo? ¿Hija?

¿Hijo?
¿Tenía hijos?

— Que yo sepa todos están muertos.

Sonrió otra vez.

— Claro, olvidé decirte; Michael está vivito y coleando viviendo su mejor vida; ¿sabes qué? Vamos a verlo.

La única persona que no quería ver; pero bueno, era mejor que quedarse en un rojo infinito y luego ir al infierno.


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Ahí estaba, cenando, junto a toda su familia al parecer: Madre, padre; hermana, tía, un perrito y otro chico. Dios, se veía tan diferente a cómo lo recordaba, el idiota incluso se había teñido el pelo.
Pero se veía feliz.

— Te muestro quienes son - Habló la dama, acercándose a la mesa. — Ella es su mamá, Beth, y su tía; Elise. Así es, tus sobrinas - William miró perplejo, las gemelas crecieron muchísimo desde la última vez que las vió, y aún así Bethy seguía llevando vestidos rojos, al parecer nunca cambió eso. — Él es su padre; la de a lado es su hermana menor, y el morenito su novio. - Ah, claro, mala hierba nunca muere; y encima era feo el tipo. — Y este es su perrito, ¡mira qué lindo, es un cachorrito!

En fin, todos son unos amores de persona. Y William ya vió suficiente. Entre el infierno que le esperaba y ver a su "hijo" tener una vida normal; prefería el infierno.

— ¿Podemos irnos?

— ¿Seguro? Apenas llegamos y por lo que vi Cassidy te preparó un lugar muy feito-

— No importa, vámonos.

— Está bien. - Aceptó la mayor, ofreciendo su mano al acompañante.

Así pues, caminaron hasta el dichoso lugar; en silencio, William decidió divagar y no pensar en lo que ha hecho en su vida; tendría bastante tiempo para eso.
Por ahora disfrutará del camino.








— Si Beth y Elise estaban ahí; ¿Dónde está Angelica? - Preguntó Will, frente la entrada de lo que sería su eterno sufrimiento.

— Ella falleció hace unos meses. Tenía Alzheimer.

— Oh...

— Michael estaba con ella cuando se fue; pero, nunca te olvidó, sabes?

Ahora fue William quien sonrió, pensando en los pocos buenos momentos que tuvieron como hermanos; los tiempos estresantes que tuvieron como abogada y cliente; y los tiempos horribles, como asesino y víctima.
Una víctima más.
Una cómplice también.
Al final de todo: fue su hermana.
Y el hecho de que haya pasado sus últimos momentos junto a Mikey, su hijo; todo era muy poco creíble.

— En ese caso; yo tampoco la olvidaré. - Confesó Afton, sintiendo sus ojos humedecer, después de tanto tiempo.
Después de tanto tiempo, tuvo una razón para llorar.









Hola muy buenas, yo acá de vuelta uwu<3
Pues nada, sólo es un pequeño texto de William entrando al infierno; escribí esto mientras estaba en otra cosa; si hay errores ortográficos me avisan uwu
Los amo 🐘

ㅤㅤㅤㅤ─❨✧❩ Fnaf Oneshots 🍶;.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora