Capítulo 3: Nuevo Internado. . .

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Me desperté a las 10.30, al oir como mi madre me gritaba desde la cocina:

-¡Megan, despierta, ya es muy tarde!- lo gritó de manera que casi me deja sorda.

Inmediatamente bajé a la cocina, le dí un abrazo a mi madre y otro a mi padre (que estaba leyendo el periódico).

-Por lo menos podrías decir buenos días, ¿no, mamá?- añadí con algo de sarcasmo en mi voz.

-Lo siento hija, es que hoy por la tarde irás al internado y tienes que desayunar bien y hacer tus maletas.- dijo algo nerviosa.

Entonces, con pocas ganas, me comí el enorme desayuno que mi madre había puesto en la mesa, después, fui directa a mi habitación.

Por suerte, y todo un mes de suplica a mis padres, tenía un baño propio, así que abrí mi armario, y cogí una falda azul, que me compré el día anterior, una camisa blanca tde manga francesa y unos tacones azul marino.Después, fui a la cómoda que se encontraba al lado de mi cama, y cogí uno de mis conjunto de ropa interior, blanco, por supuesto.

Me encerré en mi baño, y me dí una refrescante ducha, después me vestí y salí del baño.

Saqué mi maleta nueva, y la llené de ropa, incluido el uniforme de la escuela.Luego, me pasé el día pintando cuadros de la ciudad de ttyLondres, con sus tiendas, monumentos, lugares. . .

Estos cuadros, los pondría en mi habitación del internado, para darle mi toque especial, también coloqué al lado de la puerta de la entrada otras cosas, que seguro me llevaría al internado.

A las 5.00, mi padre llamó a mi habitación para decirme que ya nos íbamos, así que cogí mis cosas, y las metí en el maletero del coche y me subí.

Cuando mi padre arrancó el coche, desde la ventanilla, mire con nostalgia hacia mi casa. . .

Esa sería la última vez en mucho tiempo que la vería. . .

Entonces mi madre dijo:

- Puedes dormir si quieres, el viaje será largo - me miró con una sonrisa triste, como si no quisiera que me fuera- ya verás como te encanta tu nuevo instituto. . . - esto último lo dijo muy convencida, así que asentí con la cabeza.

Pero no dormí, me limité a observar el paisaje desde la ventanilla del coche. . .

Cuando estaba totalmente perdida en mi mundo observando el paisaje e intentando imaginar como sería mi nuevo instituto, entre los árboles, se alzó un edificio algo antiguo pero muy bien cuidado, mi padre giró con el coche, y entró a lo que debía ser el parking de visitas, había un cartel que indicaba ' Bienvenidos al internado St. Matthew'.

A pesar de que era de noche y no había mucha luz (eran las 10.15), se podía apreciar el encanto natural del edificio, rodeado de frondosos bosques, su enorme tamaño, sus detalles. . .

Mi padre salió del coche, seguido de mi madre y después salí yo imitándoles, mis padres cogieron algunas de mis cosas y yo mis maletas y mi caballete.Entonces mi padre añadió:

-Venid, por aquí. . .

Le seguimos y entramos por la puerta principal, no me sorprendió que no hubiera nadie, pues los alumnos estarían ya en sus habitaciones.

Una señora de unos 42 años, castaña, con gafas y vestida de forma muy elegante se nos acercó:

-Bienvenidos al internado Saint Matthew, soy la señora Darwin, la directora, acompañenme a mi despacho- y sin dejarnos decir nada más nos llevo a una sala con varias estanterías repletas de libros y un escritorio.

- Encantada de conocerla señora Darwin, yo soy Linda Harrison, este es mi marido Robert y nuestra hija Megan- dijo mi madre tras sentarse en una de las sillas que había frente el escritorio.

-Si, igualmente.Bueno, supongo que ella se sabe ya las normas, así que no se las repitiré, y en cuanto a ustedes, quiero que tengan en cuenta el horario de visitas, ahh, y . . . Me gustaría que sepan que esta es una escuela con un alto nivel académico, todos los que estudian aquí acaban en buenas universidades- dijo la directora con una sonrisa en la cara.

Entonces me despedí de mis padres dándoles un beso y un abrazo a cada uno.

Entonces mis padres se fueron, y la directora Darwin, me acompañó a mi habitación, se encontraba en la segunda planta, dejó mis cosas en la puerta, y se fue.

Abrí la puerta y entré; era una habitación genial, tenía dos grandes ventanales con vistas al jardín y cojines en la repisa de la ventana, una pequeña terraza con enredaderas, una cama de matrimonio, un armario de caoba, un escritorio con 2 sillas y mi horario de clases pegado encima del escritorio.¡Era la habitación más bonita del mundo!

Saqué toda mi ropa de la maleta y la puse en el armario, cogí los cuadros que había pintado de Londres y los colgué por la habitación, coloqué mi caballete al lado del escritorio, y por último, puse mi ordenador en el escritorio.Estábamos en octubre, así que me puse mi pijama y encendí la estufa (o radiador) que había en la habitación, me metí en la cama, me puse los auriculares y empezé a escuchar música, estaba deseando que fuera el día siguiente, para ver que tal me iría esta vez en la escuela, pero me acabé quedando dormida. . .

GRACIAS POR LEER! ESPERO QUE OS ESTÉ GUSTANDO, ES MI PRIMERA HISTORIA, Y QUIERO QUE COMENTÉIS Y ME DIGAIS SI QUERÉIS QUE SIGA.¡COMENTAD Y LEED, ME ILUSIONA MUCHO, ADEMÁS, MAÑANA CREO QUE PUBLICARÉ OTRO CAPÍTULO!

Me Basta Sólo Con Un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora