Capítulo 15: Lo siento... ¡Por haber creído que te importo!

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- ¿Y bien? - me preguntó Chloe mirándome con una ceja levantada.

- ¿Y bien qué? - pregunté yo mientras guardaba mi uniforme en una de las taquillas de los vestuarios.

- ¿Que qué te pasa con Marc? - me aclaró mientras se alisaba la sudadera del chándal.

- Pues nada, ¡que es un éstupido, un creído y un mujeriego! - dije cerrando de un portazo mi taquilla.

Llegamos a donde se encontraba el resto de la clase y comenzamos a hacer estiramientos.

- Entonces, ¿qué ha hecho Marc para que estés así? - me preguntó expectante. Yo suspiré con pesar.

- Pues, la subdirectora les ha puesto como ejercicio escribir un poema. Y ayer, cuando estábamos abajo en el jardín lo escribió y yo le pregunté que si me dejaba leerlo, pero me lo quitó de las manos y dijo que era "secreto de estado". Y esta mañana mientras la arpía de Lisa y sus secuaces le seguían y ligaban con él descaradamente como si yo no estuviera allí presente, le comentaron a Marc lo del poema y él sin dudarlo un momento dijo que sí, que se lo enseñaría en clase!!!

Chloe y yo nos dirigimos a la pista de atletismo y cuando empezamos a correr me dijo:

- Pero, Megan, ¡es ridículo! Ellas están también en su clase, por lo que, quiera él o no, las chicas acabarán escuchando el poema de Marc, y al final encandiladas por él (como siempre) le aplaudirán y aclamarán como locas aunque sus rimas parezcan versos de una canción infantil.

Me quedé callada unos minutos y dejé que mi amiga prosiguiera.

- En cambio, tú eres su amiga, tu opinión es importante para él, y le afecta más que la de cualquier otra persona. Tal vez esa sea la razón de que no quiera enseñártelo, y como su mejor amiga que eres, deberías aceptarlo - yo hice una mueca de comprensión.

- Tienes razón, debería pedirle perdón, pero no tengo más clases con él en todo el día, así que se lo diré a la hora de comer.

Después de eso, Chloe y yo estuvimos todo el tiempo hablando de tonterías y riéndonos.

Más tarde, volvimos a los vestuarios a ducharnos y cambiarnos.

Cuando salí de la ducha, me envolví en la toalla y me dirigí a uno de los espejos a peinarme.

- Megan, Megan, Megan, por mucho que te peines tu pelo no dejará de ser nunca tan feo - <<¡Auch!>> pensé cuando oí esa irritante voz, lo cierto es que ese comentario me dolió, me recordaba a cuando aún estaba en mi antiguo instituto.

- ¿Qué quieres ahora Lisa?

- Nada, sólo asegurarme de que no te acercas a Marc, no te conviene.

- ¿Me estás amenazando, Lisa?

- ¿Quién, yo? ¡Claro que no! - contestó ella falsamente.

- No me hagas perder el tiempo, no estoy para tus estupideces - dije  pasando por su lado chocando a propósito mi hombro contra el suyo.

Llegué a mi taquilla y cuando terminé de vestirme, Chloe apareció sonriente completamente vestida y con su largo pelo rubio perfectamente peinado.

- ¡¿Dónde mierda te habías metido?! - dije casi gritando.

- Wow… - dijo intentando calmarme inútilmente - ¿Dónde está mi dulce y buena amiga Megan?¿Se la habrá comido esta bestia? - agregó riendo.

- No me hace ni pizca de gracia, mientras tu estabas "Dios sabe donde", he tenido que aguantar a la estúpida de Lisa yo solita.

- Lo siento, no encontraba la llave de mi taquilla y tuve que volver a la pista de atletismo a buscarla. Por cierto, Megan.

Me Basta Sólo Con Un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora