Conejo de la luna

Capítulo 15: Padre Gascoigne

Bell se agachó ante la entrada del cementerio después de seguir los pasos que tenía antes de su muerte.

El tiempo giró hacia atrás debido a cualquier magia extraña que lo mantenía atado al Sueño, por lo que los muertos volvieron a la vida una vez más. Por lo tanto, tuvo que tallar una vez más a través del Jabalí Maneater en las alcantarillas y aquellos que se interpusieron en su camino para llegar a este punto. Sin embargo, la Niña lo recordó y la promesa que hizo de devolverle la Tiny Music Box a su madre. Tenía que haber algún tipo de puesto de control o condición que no conocía, pero no podía molestarse en pensar en ello sabiendo que Gascoigne estaba al otro lado de la entrada y esperándolo ...

Sin pensarlo, llevó sus manos hasta donde el hacha había encontrado su cuello. La sensación de la hoja que estaba cubierta de sangre, grasa, polvo de piedra y tierra cortándola había sido breve. Pero el dolor fantasma persistió incluso ahora, y un temblor recorrió su brazo que sostenía la cuchilla de sierra reforzada.

Incluso ahora podía oír a Gascoigne más allá de la esquina. Golpeando ese mismo cadáver de antes. En el momento en que Bell pasara el umbral, sería atacado nuevamente. Dominado. Delicado.

Cálmese. Se bajó el pañuelo y respiró hondo y suavemente. Luego obligó a su brazo a dejar de temblar el tiempo suficiente para dejar el arma detrás de su espalda y en su lugar sacó la Tiny Music Box. La Niña le había dicho a Bell que cuando se olvidaba de su familia, la usaban para recordarles.

Bell estaba seguro de que si le recordaba a su esposa e hijo, volvería a la normalidad. Quería creer eso desesperadamente. Porque la única otra opción era matar al hombre, ya que estaba en el camino.

Tomando otra respiración profunda, se armó de valor y entró en el cementerio. Tan pronto como sus botas tocaron el suelo y vio sus Ecos de Sangre donde su vida había terminado antes, Gascoigne fue alertado de su presencia. El cazador alto y anciano se dio la vuelta y sacó su pistola modificada, disparando sin vacilar.

Bell se lanzó hacia un lado mientras fragmentos de piedra salpicaban su sombrero, tensándose al ver al hombre acercándose con su hacha en la mano. Resistiendo el impulso de sacar su arma de su espalda, Bell trató de razonar con él. "¡Gascoigne! ¡Tu hija me envió!"

Un gruñido fue lo único que le respondió cuando el hacha entró desde abajo. Las chispas brotaron en la oscuridad cuando el acero encontró la piedra gastada y desgastada que una vez fue parte de un camino para que los vivos caminaran sin pisotear a los muertos que descansaban debajo, llevando con el arco una lluvia de tierra y guijarros. Se modelaron sobre Bell cuando la hoja falló por poco gracias a sus bruscos y apresurados pasos hacia un lado.

¡Por favor haz que esto funcione! El joven cazador abrió la tapa de la Tiny Music Box mientras el veterano se preparaba para cargar con su Hunter's Axe. El cilindro dentro de él comenzó a girar y raspar contra el peine, dando lugar a una suave canción de cuna que sonaba entre ellos y les hacía cosquillas en los oídos.

La melodía se apoderó de Gascoigne, paralizando sus piernas a medio paso de modo que su andar asesino se convirtió en un tropiezo. La mano que agarraba su hacha soltó el acero ensangrentado y subió a su cabeza que temblaba. Murmullos abandonaron sus labios demacrados.

"Recuerda quién eres, Gascoigne", dijo Bell, tragándose el nudo en la garganta. Estaba funcionando. Estaba recordando. "Tienes una familia. Una hija, esperándote en casa".

" Nnngh ... la sangre ..." Su cabeza rodó, su cuerpo se dobló como si estuviera librando una guerra en su interior. " La voz ... me llama ..."

"¡Combatirlo!" Bell suplicó, acercándose un paso. "¡Su hija está esperando que usted y su esposa regresen!"

"¡ Vv... vii... vii...! " El temblor se hizo peor cuando la cabeza del hombre comenzó a sacudirse. Su cuerpo se encorvó, y un sonido de dolor salió de su mandíbula apretada, los dientes rechinando. "¡Vi ... violaaahhhh!"