Conejo de la luna

Capítulo 10: Preocupaciones de la Diosa y el Niño 2

"Oh, parece que la Familia Loki está aquí esta noche", reflexionó Syr, viendo como el famoso grupo pasaba junto a ellos y se dirigía a una mesa reservada. La banda multirracial provocó varios susurros, su expedición había llegado a su fin y su regreso repentino, aunque no desagradable.

Antes de que la camarera se volviera en su dirección, Bell se sumergió detrás de la barra para cubrirse y protegerse de sus ojos. No quería que lo vieran. No por Aiz Wallenstein.

"¿Bell?" La voz de Syr atrajo sus ojos hacia ella. Ella lo miraba con una mezcla de sorpresa y preocupación por la abrupta reacción de pánico. "¿Qué pasa?"

"¿Por qué están ellos aquí?" preguntó, asomándose por encima de la barra por un instante antes de agacharse cuando notó que Aiz estaba mirando en su dirección, con la cabeza ligeramente inclinada.

"Son habituales aquí", explicó Syr. "A su Diosa, Loki, le gusta comer aquí."

El recuerdo de Bell de lo que sucedió durante la pelea de Minotauro después de golpearse la cabeza era un poco confuso. Pero recordó cómo había estado cubierto de sangre y era lo suficientemente aterrador como para que un Nivel 5 hubiera desenvainado con cautela su espada contra él. ¿Qué tipo de terror de Yharnam había traído consigo cuando regresó para provocar esa reacción?

... Probablemente debería disculparse con ella por eso, ahora que lo pensaba. Pero eso invitaría a preguntas , especialmente cuando estaba rodeada de sus camaradas. Sin mencionar que si su Diosa estaba con ellos, probablemente podría percibir el mismo olor que su Diosa. Llamaría la atención, lo que iría en contra de los impulsos de Hestia de que evitara hacerlo después de ayer.

Mejor salir antes de que eso suceda , decidió Bell mientras buscaba en su bolsillo los valis necesarios y se los entregaba a Syr. "Escucha, tengo que irme. Sé que estás de descanso, pero ¿puedes hacer ese pedido para ir por mí? Esperaré afuera".

"Claro... dame un minuto," dijo ella, luciendo confundida por el repentino cambio de humor antes de irse para cumplir su orden. Imaginó que parecía bastante sospechoso desde su punto de vista. Estaban charlando alegremente hace unos momentos y encontrando puntos en común. Luego se escondió detrás de la barra y decidió irse.

Tanto por la buena impresión que estaba causando antes . Bell no pudo evitar suspirar. Todavía no tenía muchos amigos después de dos semanas aquí, por lo que su compañía fue sorprendentemente bienvenida. Aún así, si la Familia Loki son asiduos aquí, probablemente sería mejor si no vengo muy a menudo. Es una pena, ya que la comida era decente y Syr parecía una persona interesante de conocer, pero ...

"¿Qué estás pensando aquí atrás?"

"¡Gah!" Terminó gritando de sorpresa cuando volvió la cabeza para encontrar que ahora había una mujer encima de él, inclinada sobre el mostrador con la cabeza a centímetros de su rostro. Sin duda, de un vistazo, pudo sentir que se trataba de una Diosa.

La Diosa Loki, para ser exactos.

"No tienes que gritar". Se clavó un dedo en la oreja para enfatizar el punto. "De todos modos, escuché de algunos de mis hijos que tuviste un desagradable encontronazo con un Minotauro. Pensé que extendería una disculpa por su parte y te invitaría a beber por nosotros."

"E-Eso está bien", insistió Bell. "De verdad, me dirijo a casa ahora y no debería volver a tropezar borracho. Mi Diosa podría estar molesta si lo hiciera".

"Oh, ¿y cuál Diosa es esa?"

"Uh ... Hestia." Notó que su expresión cambió al escuchar ese nombre. Sorpresa leve.