Fantasmas; 11

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Estamos cayendo bajo, lo más bajo que he contemplado con mis ojos.

Siento que no hay salida, te extraño, te necesito, pero ya no existes.

¿Cómo pedir a un fantasma inexistente que me abrace  y me bese?

Porque aun que te vea, no siento calor, frió siempre eras, me conformaba con el calor de tu cuerpo junto el mío.

Pero ahora, no existe ni eso.

Lloro tu cuerpo, pero lloro porque nunca me dijiste un te amo.

Te amo, te necesito, y caigo bajo junto a ti.

Por favor, toma este amor y tíralo lejos, quémalo, has lo que quieras con él, porque aun que llore, aunque grite, no regresaras, porque el destino te odio, te destruyo junto con mi corazón que se quemó ese día de abril en ese Cadillac negro.

Donde murió una parte de ti, como también mía                                                                    

Lloro, porque los fantasmas no aman, no sienten, pero, ¿por qué te sigo amando?, no tiene sentido.

Ese Cadillac, con las llamas de 3 metros, se llevó mi todo junto a una explosión.

Ahora soy un fantasma.

Lloro en mis adentros, mientras grito.

Te necesito, te extraño, pero ¿cómo haré para llorar?

Si los fantasmas no lloran.

El frió me cala el alma.

Mis manos son frías.

¿Habrá salvación? , si tú estás, creo que si habrá.

Ahora lloro, mientras tu fantasma esta alado mío.

Tus palabras son golpes, no caricias.

Tu mirada no tiene amor, tiene cuchillos, culpándome de todo esto.

El Cadillac negro se llevó todo, junto con mis recuerdos.

Estaremos la eternidad,  intentando sentirnos, pero el intento será en vano amor.

Lloro, porque no puedo tocarte.

Tú lloras, porque los demás no te ven.

¿No tienes suficiente con mi mirada?

Lloro por que no puedo sentir tu calor.

Mientras tú lloras, porque solo somos nosotros dos, porque nadie nos puede observar.

Prosa para ti. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora