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Querida Flor otoñal.

Cuenta la leyenda, que eres tan bella como el invierno y tan cálida como la primavera.

Que posees todas las estaciones en tus manos, que tus palabras endulzan oídos y rompen costillas.

He decidido creer en los ángeles terrenales y esos son todos nuestros amigos, ya que tienen marcas y mordeduras del pasado, muchos se salvaron y otros están en un proceso injusto.

Pero estoy convencida de que todos ellos, incluyéndote, son mis ángeles, que sus sonrisas y sus palabras, queman mi alma hasta las raíces.

¡Que mis flores no se marchitan ante cada punto y coma que poseen!

Quisiera inmortalizarlos en mis palabras y describirlos a cada uno de ustedes.

Pero querida, eso es imposible.

Me he sentido identificada con cada uno de ustedes, con cada sonrisa, palabra y tontería.

Agradezco al destino de haberme unido a tan inigualables personas.

Querida Flor otoñal no te marchites.

Juro que no fue intencional enamorarme de usted.

Prosa para ti. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora