Jimmy despertó debido a un fuerte dolor en su parte trasera, abrió los ojos de golpe y se quejó adolorido. Era su esposo Carl, penetrándolo; había bajado la pijama apenas lo suficiente para tener acceso a su entrada. Estaba sobre su espalda, jadeando en su oído, mientras Jimmy apretaba las sábanas entre gemidos de dolor.
—Cállate— empujó su cabeza contra el colchón con fuerza. El pelinegro cubrió su propia boca con su mano para mantenerse en silencio. Su cuerpo siendo sacudido con violencia contra la cama.
Esa situación no era nueva para él; Carl disfrutaba despertarlo de esa manera, era sólo una de las tácticas que usaba para probarle quién mandaba.
El dolor era casi insoportable; lo sentía desgarrarlo, tan profundo y con rudeza innecesaria. Luchó por quedarse quieto y callado.
Cuando Carl terminó, simplemente se levantó y caminó al baño para tomar una ducha. Jimmy ni siquiera tuvo tiempo de llorar por el dolor, se limpió las lágrimas, subiéndose la pijama; salió de la alcoba, directamente para preparar el desayuno.
Llenó la cafetera, luego colocó una rebanada de pan en el tostador; puso los huevos y salchicha roja en el sartén para freírlos, pero la llama se apagó antes de que estuvieran listos.
—Mierda— masculló y levantó la pequeña mina de gas debajo de la estufa, se sentía ligera—. Mierda— maldijo. Se apresuró para encontrar la herramienta adecuada para sacar la mina de la tubería de gas y colocar la que tenían de repuesto. Volvió a encenderla y rogó para que se acelerara el proceso de cocción.
Escuchó pasos bajar las escaleras, rápidamente sirvió el café y colocó el control del televisor a su lado. Sacó el pan de la tostadora, sustituyéndolo por otro.
El hombre se sentó y encendió la pantalla.
—¿Y el desayuno?— cuestionó, tomando la taza con una mano.
—Ya casi está, tuve que cambiar la mina de gas— se excusó nervioso, pero Carl se distrajo con el televisor.
Sacó el huevo y lo puso en el plato junto a la salchicha frita y el pan. Se quedó de pie junto a la mesa, observándolo comer, en silencio, como si aguardara por nuevas órdenes.
A los pocos minutos, cuando Carl casi había terminado su desayuno, Jimmy olfateó algo quemándose y se giró a la tostadora, para sacar una rebanada de pan negro, quemando sus dedos en el camino.
Le asustó que Carl soltara la taza con fuerza sobre la mesa; se giró hacia él, aterrado, observando a su marido acercarse con esa postura imponente.
—Lo siento— musitó.
—¿Crees que gasto para que lo desperdicies?— levantó la voz.
—No— musitó, bajando la mirada, casi sintiendo el golpe venir.
Carl tomó el pan negro y lo acercó despacio hasta la boca de Jimmy, empujándolo suavemente, mientras este trataba de quedarse quieto; cuando al fin abrió la boca, le metió el pan con violencia, rompiéndolo en el camino. Jimmy se encogió, sujetando los trozos contra su boca.
—Ese es tu desayuno— le dijo, dándole un golpe en la cabeza con su palma.
"Estúpido", pensó Jimmy sobre sí mismo, ahora no tenía pemiso para comer algo hasta que Carl volviera del trabajo.
El policía salió de la cocina y cerró la puerta de la casa. Jimmy pudo escucharlo encender la patrulla.
Estaba llorando, pero se comió el pan seco y quemado aunque Carl no estaba presente, no necesitaba estarlo para intimidar a Jimmy. Tosió, tomando un vaso de agua para pasar las boronas calcinadas; tiró los restos de comida del plato de Carl, no se atrevió a comer algo por temor a las consecuencias.
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Jimbert - An angel with a broken wing - Un ángel con un ala rota.
FanfictionUn ángel de alas rotas salvó su vida.