especial: la confesión de Yuji

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[POV Kaori]


Lo ocurrido en la fábrica de metales fue algo que marcó un antes y un después en mi, en la forma de pensar y de ver la mayoría de las cosas. Fue en ese momento cuando descubrí que realmente perder a personas o temer perderlas no era algo que me hiciera sentir a gusto, por lo mismo, la experiencia me sirvió para ordenar y establecer un montón de quehaceres y reglas a practicar con el afán de mejorar todo lo que no me permitiese seguir hacia adelante.

La recuperación de Nobara fue rápida, en cuanto a Megumi él logró mejorarse a pesar de la dura paliza recibida y por último yo me mantengo de momento recuperándome de mi lesión en la rodilla, evitando entrenamientos duros que demandaran demasiado esfuerzo físico que pusiera en riesgo mi salud.

Con el pasar de los días pude notar que Gojo sensei había cambiado de cierta forma su actitud, no de mala manera ni tampoco generando una diferencia tan invasiva, pero sí podía percibir que ahora él estaba decidido a convertirnos en los mejores hechiceros de la academia, no queriendo volver a repetir una experiencia tan riesgosa como la que vivimos días atrás.

Estos últimos cinco días fueron bastante tranquilos y relajados, aprovechando de compartir más con Megumi, Nobara e Itadori, este último invitándome a dar un paseo por el centro de Tokyo.



- ¡Itadori! - Al salir de la academia divisé a Itadori apoyado contra el tronco de un árbol, vestido de una manera muy diferente a lo usual.



Unos jeans estilo jogger color capuccino, un polerón blanco, una chaqueta de mezclilla clara sin mangas, un pequeño bolso cruzado por encima de su pecho y las clásicas zapatillas de moda color blanco. Me había sorprendido el buen gusto que tenía para vestirse y me llamó la atención que lo hiciese notar en nuestra primera ''salida'' juntos.


- ¡Kaori! - Él estaba tan energético como siempre a pesar de haber estado un tanto introvertido estos últimos días luego del macabro incidente.

- Ten, Gojo sensei me regaló un par de mochis, ¿Quieres?




Extendí una pequeña caja que saqué de mi bolso, mostrando el pequeño arsenal de comida que tenía gracias a la bondad de nuestro maestro.



- ¿Gojo sensei te da comida? - Su pregunta vino acompañada de una expresión cargada de curiosidad.

- Pues sí, por las mañanas siempre me trae una bolsa con estos dulces ya que dice que es bueno para estimular las neuronas o algo así. - Respondí encogiéndome de hombros, no dudando en sacar uno luego de que Itadori se animara a comer.

- Gojo sensei es bastante extraño, pero es divertido.

- ¿Uh? Pues sí, es bastante raro. Los adultos son así, supongo. - Sonreí, moviéndome rápidamente y jalando al mismo tiempo de la chaqueta de quien ahora se quejaba por haber dejado caer por accidente el dulce.

- Lo siento, podemos comprar más cuando estemos en Shibuya, ¡Oye! ¿Qué te parece si vamos al cine a ver una película? Luego podemos ir a comer algo ya que sé que eres un hambriento. - Itadori sonrió, riéndose segundos más tarde cuando le di un pellizco a su vientre por encima de sus prendas.

Double deal - Sukuna/Itadori Yuji y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora