primer encuentro

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CAPÍTULO 3: 



Boca abierta fue probablemente mi expresión, sin poder creer lo que ocurría, vacilando si se trataba de la realidad o de un muy mal sueño, una pesadilla; la peor de las desgracias se estaba haciendo presente como el último obsequio de cumpleaños.

Itadori me detuvo rápidamente con su mano cuando yo me moví por inercia, viendo al conserje y a otras personas salir gritando del edificio, sintiendo la presión en mi pecho y el pánico que absorbía cada partícula de mi ser. Si no hacía algo ahora iba a terminar perdiendo a las únicas dos personas cercanas que me quedaban, no estando dispuesta a convivir el resto de mi vida con ese pésame.


- ¡Kaori no vayas! - Intenté moverme, pero la fuerza de Itadori era monstruosamente superior.



Mis ojos analizaron el ambiente del piso doce, escuchando a personas mencionar que antes de la explosión se escucharon gritos provenientes del departamento 608, es decir, esos gritos eran mi tía Hanabi y Zenko. 


- ¡Yo iré! Tú no vengas, puede ser peligroso. - Era una real advertencia, en sus ojos percibí su autoridad cuando me decía cada palabra.

- ¿Qué se supone que harás? - Alcé la voz, sosteniendo su abrigo para detenerlo sin resultados.

- ¡Todos salgan del edificio ya!



Itadori comenzó a alertar a todos pidiendo que se alejaran en tanto corría hacia el interior, quedándome yo en medio del asfalto, como una simple espectadora de todo lo que estaba aconteciendo en mi propio hogar, la casa que me recibió y me acogió desde los nueve años. El corazón parecía ir en una carrera sin límite alguno, mis latidos podía escucharlos rápidamente, mis manos temblaban y mi diestra se dirigió hacia el pecho, sintiendo la cadena que Zenko me había obsequiado, mirándola por largos segundos que me sirvieron para concluir lo que tanto me costó decidir: debía subir a toda costa, pasara lo que pasara.

Corrí hacia el interior y subí cada bendita escalera, perdiendo de vez en cuando la visión una vez que llegué al piso doce puesto que el humo no permitía tener el panorama claro. Grité el nombre de mi tía repetidas ocasiones y llamé a Zenko en señal de esperanza, quería verlos, quería al menos escuchar sus voces como fuese, pero todo empeoró cuando una sombra se acercaba hacia mi, congelándome en medio del pasillo del piso cuando la presencia de un extraño y bizarro ser se presentaba ante mi.



- ¿Buscas a tu tía? Está muerta, pero no te preocupes, murió lo bastante rápido y no pude disfrutar de su dolor. Si tan solo hubieses visto su rostro de pánico, fue todo un poema digno de admirar.



Mi corazón dejó de latir, sentirlo fue bastante fácil, algo similar a cuando sufres de un miedo de tal grado que la sangre deja de bombear y el escalofrío recorre tu espalda como si de un tornado se tratase. En ese momento supe que la vida nunca había sido justa para mi, ni en el mejor de los casos, nunca pude tener la familia que tanto deseaba ni ahora ni nunca; mi futuro era perecer de lo poco que apreciaba.



- ¿Eres Kaori no es así? Es un placer conocerte, he escuchado mucho sobre ti y bueno, decidí que precisamente hoy era el mejor día para conocerte, ¿No es un buen regalo? Por cierto, feliz cumpleaños.

Double deal - Sukuna/Itadori Yuji y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora