Él abrió sus ojos sintiendo su cuerpo frío y las suaves gotas de lluvia típicas de cuando una tormenta acaba de pasar. Se encontraba solo y rodeado de oscuridad, escuchando el sonido de las ramas mojadas chocando unas contra las otras debido al viento. Sentado sobre el suelo mojado, lo único que se le pasó por la cabeza fue el inquietante hecho de no poder recordar absolutamente nada, ni quién era, dónde estaba, o cómo llegó ahí.
Al levantarse, rápidamente notó un dolor intenso en su cabeza, tales como los que quedan después de un fuerte golpe.
Bastante confundido y sin mucho más que hacer, trato de encontrar un mejor lugar donde pasar la noche, aunque dormir le sería casi imposible en esas condiciones.Luego de unos minutos vagando en el silencio y la oscuridad de ese bosque, vio en una colina una pequeña cueva.
Al acercarse, entrando a donde pensó que se sentiría más seguro, noto que el suelo estaba cubierto por lo que creía que eran piedras, además abundaba un olor pestilente, e incluso sentía el suelo junto con las paredes a su alrededor frías y bastante húmedas.
Estando muy débil pero siguiendo a lo que creía que eran sus instintos, decidió darse la vuelta y caminar para irse.
Al dar un par de pasos su cuerpo cede al cansancio, pierde el equilibrio y cae al suelo inconsciente.
A la mañana siguiente, el canto de los pájaros, sumado a un ruido en la lejanía lo hizo despertar de un salto, apenas pudo levantarse observó que las supuestas piedras que vio no eran más que huesos de criaturas que habían sido amontonadas allí, horrorizado se fue de ese lugar lo más rápido que pudo.
Después de caminar bastante, encontró un lago donde sin pensarlo dos veces entró a limpiarse.
Tras unos minutos refregándose, vio como sangre seca se desprendía de la parte posterior de su cabeza, pero no le dio mucha importancia ya que dudo que tal vez sea tierra, en especial con toda la que se estaba sacando de su cuerpo.
Luego de varios minutos remojando su maltratado cuerpo, el joven salió y se sentó en la orilla contemplando las aguas cristalinas.Ya seco se dispuso a adentrarse en el frondoso bosque cuando una inquietante sensación de peligro le invadió el cuerpo.
Mirando hacia su alrededor, pudo ver como algo estaba enturbiando el agua. De la nada un enorme reptil saltó del agua, tomándolo de una pierna con su poderosa mandíbula, y así, atrapando al desafortunado joven.Con mucho temor y dolor, sientio cómo era arrastrado hacia el agua. Cierra sus ojos pensando que es su final. Pero justo en ese instante, el reptil deja de hacer presión.
Al abrir nuevamente los ojos queda impactado con la horrorizante escena. De aquel gigantezco animal solo quedaba sangre esparcida en el lago, y su aparente herida había desaparecido.Al ver esto, y sin entender nada, simplemente se va rápido del lugar.
Sale corriendo adentrándose demasiado en el bosque, cuando se da cuenta, ya era tarde, había corrido hasta el cansancio sin ninguna dirección y ahora estaba aun mas preocupado.
Cansado se sienta sobre un tronco para tratar de procesar lo ocurrido, pero sin tiempo a pensar un ruido muy conocido lo interrumpe, era su estómago, él no había comido desde no sabe cuándo, así que dispuesto a buscar comida, camina siguiendo un sendero bastante marcado, como si de un camino se tratase. Durante el camino, fue conociendo distintas especies de animales, pájaros, reptiles, insectos, paisajes formados por flores que deslumbraban a cualquiera, pero sin rastro de alguna civilización
Después de caminar varias horas, por fin encuentra algo apetitoso, unas bayas rojas de aspecto muy jugoso, estaban en un árbol pero no era problema, una
vez en su poder se dispuso a comerlas, pero cuando iba a pegar el primer mordisco el grito de una joven lo interrumpe.
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Lamentos del Pasado
RandomHerido, desorientado y perdido, bajo una intensa lluvia y un frio insoportable, un misterioso joven se despierta en medio de la oscuridad totalmente solo. Pronto descubriría que pasar una noche tranquila en ese mundo era prácticamente un milagro...