Lamentos del Pasado

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-No podría ir a cenar sin permiso Char, sería muy descortés-

-Lo mismo digo, pero tengo hambre y además, no tengo otra opción-

-Ludamia no seas dramática, eres como una hermana para mi, la descortesía seria mia si no te invitara a comer, así que acompáñanos-

-Es que todavia estoy en turno de trabajo, no puedo...perdoname-

-Ajam... y a quien se supone que tienes que atender? No creo que nadie venga, y tu lo sabes-Dijo Charlotte mientras miraba a su alrededor

-En esos tienes razón... ahh que más da, aparte la comida de tu madre es la mejor-

-Asi se habla, bueno... entonces ¿Que están esperando?-

Era extraño, por más de que sus recuerdos se habían ido, ese sentimiento de formar parte de un grupo era muy extraño para el, últimamente todas sus vivencias eran nuevas para el pero en particular esta lo extrañaba demasiado, pese a esto no podía hacer más cosa que esperar, y para su suerte una buena velada lo esperaría en la casa de la joven elfa

-Si nos apresuramos quizás lleguemos antes de que sirvan la mesa, pero no se preocupen, mi mamá suele hacer comida como para un batallón entero-

-Pero Charlotte, ¿Estas segura que mi presencia no los molestara?-

-Para nada, para ellos sera un placer conocerte-Contesto la elfa

Luego de haber recorrido varias casas, por fin llegaron a la de Charlotte, esta era bastante grande, con una entrada protegida por unas rejas y con un camino decorado con flores que daba hasta la puerta principal, era de al menos dos pisos y tenia un estilo a cabaña característico de la zona

Cuando Charlotte abrió la puerta anunciando la visita de sus amigos, sus padres lejos de mostrarse enojados, respondieron con un saludo y con la Madre diciendo..

-Espero que tengan hambre, porque hay suficiente como para alimentar un pueblo-

...Recuerdo que su hospitalidad me daba calidez, además los padres de Charlotte eran personas ejemplares...

El joven Dark pudo disfrutar de una exquisita comida junto a unas personas que acababa de conocer y que aun asi, se habían mostrado muy amables y considerados con el.

Pero... poco después de haber terminado de comer, más espefico, en el postre, la mamá de Charlotte fue a sacar el dulce platillo de un horno que aún se mantenía encendido. Por alguna razón, Dark seguía con la miraba a la amable señora que al momento de abrir la compuerta del asadero permitió que unas débiles llamas se escaparan, haciendo que los presentes se rían del susto que se llevó la mujer.

Sin embargo, el amnesico joven quedó atrapado por estas llamas, tanto que, por alguna  una extraña razón, sus pupilas se dilataron y mientras se desplomaba este miró fijamente a Ludami antes de desvanecerse por completo.
Con su último segundo de conciencia alcanzó a oír la voz desesperada de Ludami y algo completamente aterrador, un extraño e inentendible susurro.

Luego de unas cuantas horas después de lo ocurrido, el joven volvió a recuperar la conciencia

-¿Dónde estoy?-Se preguntó el muchacho

Sin hacer casi movimientos, Dark comenzó a recorrer la habitación con la mirada.
Cuadros, estanterías y una ventana que dejaba entrar la luz de la luna conformaban la habitación y, ahi se encontraba ella.
Sentada en una silla a un lado de la cama, contemplando la luna y con una cara de preocupación, estaba Ludami.

Al ver esto, el joven queriendo llamar su atención de una forma sutil, hizo un ruido con las sábanas como si se hubiera despertado de golpe.
Pero nunca se esperó la reacción de Ludami

-Que bien que despertaste, estábamos tan preocupados, nunca más me vuelvas asustar así-Dijo Ludami mientras se tiraba abrazarlo con algunas lágrimas cayendo

-Que me paso...-

-El médico dijo que tuviste una sobrecarga neuronal, en otras palabras, tu cerebro recibe mucha información de golpe que no pudo procesar, así que sufriste un colapso y caiste al piso. Así que dime, ¿pudiste recordar algo?-

-Sakura...-

-¿De qué hablas?-

-Eso dijo la chica, Sakura...-