Lamentos del Pasado

El fin...

-Ya voy!-Grito desde el interior esta mujer

En ese momento, Sakura cerró los ojos un momento y se concentro en los pasos de la mujer, que a juzgar por su tono era tan solo una jovencita.

Al abrir la puerta, la joven quien venía tarareando cesó repentinamente y su cara cambió a una de asombro, ante ella se encontraba un muchacho varios centímetros más alta que ella, con un físico terriblemente definido y con un expresión de pocos amigos.

En ese momento la mujer entró en shock, siempre venían lugareños y viajeros, pero era la primera vez que alguien con semejantes atributos y unos rasgos muy parecidos al de ella tocaba la puerta, así que ni siquiera puedo articular una palabra, solo un débil tartamudeo salía de su boca.

Pronto y al sentir el silencio, un hombre con una larga barba y una pronuncia barriga apareció en la escena, solo para quedarse exactamente igual que su amiga

-Nunca imaginé que una valquiria estuviera viviendo con un dios-Dijo serio Sakura a la vez que miraba a los extraños

A duras penas, el hombre intento calmarse para preguntar

-¿Que se le ofrece jovencito?

Imponente, el joven contestó

-Necesito usar una plataforma de salto ¿es posible que haya un cerca?-

-D-de hecho aquí tenemos una...-Dijo tartamudeando la joven

Sin pedir permiso, Sakura se adentro en la casa mientras que los inquilinos retrocedían aterrados.

Mientras el joven miraba su cuerpo dijo

-Perdonen mi malos modales, con quien tengo el gusto de estar hablando?-

-Yo soy el dios terrenal Artulus, y la valquiria es Amanda-Contesto el dios.

Sakura se tomo unos segundos antes de contestar, realmente toda esta situación lo tenía intrigado y abrumado

-Mi nombre... mi nombre es Sakura, hermano de Anastasia e hijo del dios de dioses.

Cuando terminó de hablar, nadie tenía ni una pisca de duda en que tal declaración era cierta, solo bastaba con verlo a él para aclararlo todo, eso sin contar la aterradora aura que emanaba.

Simplemente tanto el dios como la valquiria no sabían que responder, estaban paralizados del miedo

-Antes estaban rebosando de felicidad y ahora parecen dos estatuas ¿se ponen así con todos los extraños?-Dijo bromeando Sakura

-Es que... no todos los días tenemos el honor de recibir a alguien de la familia divina-Dijo Amanda

A lo que Sakura solo se río sabiendo que absolutamente todo el mundo lo odiaba, solamente que el temor que le tenían mantenía a todos en su lugar

-No quiero perturbar aun más su hogar, pero también necesito un baño y si es posible ropa que me puedan prestar-Agrego Sakura con un tono más amable

-Si si, allá hay un baño que puedes usar, adentro hay toallas y cremas, y en un segundo te llevaremos algo de ropa-Contesto acelerado Artulus

-Muchas gracias-Contesto Sakura mientras se dirigía al baño

En el trayecto le hecho un vistazo a todo en el lugar, pensando que las alfombras de colores y la decena de adornos que había hacían de la choza muy acogedora.

Una vez que entró al baño, cerró la puerta y unas orbes comenzaron a brillar, iluminando todo el cuarto y dejando ver la elegancia de este.

Pese a ser una choza no era nada simple, el baño era en su totalidad de mármol y madera, con una gran bañera cuadrada y todo tipo de productos para la limpieza.