Los Jóvenes De Avonlea. •Anne Y Gilbert•

CINCO.

—¡Eso es injusto! —Gritó Anne.

Diana y Anne se encontraban en la oficina de la directora luego de los acontecimientos que habían ocurrido en la junta. La directora afirmaba solemnemente que aquél acto no lo podía permitir en su escuela de jovencitas.

—Srita. Shirley, le recomiendo que se quede a fueras de este asunto o sufrirá el mismo destino que su amiga.

—Sra. Willis, no puede echar a Diana. ¡Ella cumple con sus notas de manera eficaz! —Anne defendía a su amiga, la directora a pesar de que todas las chicas saltaron a favor de ella seguía con su idea de echarla.

—Claramente, las fotos son de ella.

—Usted no lo puede confirmar.

—Srita. Barry, ¿Podría hablar usted en su defensa?

Diana se levantó de su asiento algo nerviosa y desconsolada. Realmente sentía mucho miedo y carecia de palabras en ese momento para hablar.

—Sra. Willis, realmente... Yo... Siento mucho lo que pasó. —Dijo Diana.

—Entonces admite qué las fotos son suyas.

—¡Deje de inquirir palabras inexistentes a su oración!

—SRITA. SHIRLEY, SILENCIO.

—¡NO!

En ese momento, la profesora Stacy Muriel tocó la puerta de la sala y un “adelante” de parte de la directora se escuchó.
Muriel abrió la puerta con un chico a su lado cabizbajo.

—¿Ramiro? —Murmuró la pelinegra.

—Este jóven tiene algo que decir. —Muriel indicó para que el chico pase.

El joven de cabellos azabaches caminó hacia donde se encontraban, avergonzado y con la cabeza abajo. Se paró al lado de Diana y la miró con pena.

—Sra. Willis, yo publiqué esas fotos.

Anne lo miró con furia y Diana con incredulidad. En ese momento quizás era algo que no les convenía ya que si aquel chico decía que las fotos le pertenecían a Diana la perjudicaría.

—Me alegra que te hayas hecho cargo, joven.

—Sra. Willis, encontré al joven infraganti hablando con uno de sus compañeros diciéndoles que había publicado esas fotos. —Dijo Muriel— y aunque estuvo mal de mi parte entrometerme, ví necesario esto.

Diana ahora se encontraba realmente molesta con aquel chico, sabía que fue él quien las compartió pero algo en ella quería que no fuera verdad.

—Las fotos en la que aparece-- ¡Auch!- —Diana le piso el pie y el chico hizo una mueca y sin entender, miró incrédulo.

—¿Podría decirme quién es la chica, por favor?

Anne miró al chico que obviamente desconocía negando con la cabeza haciéndole comprender que no me dijera nada. Ramiro rascó su nuca y respondió

—No sabría decirle, lo siento.

—¿Entonces no sabes nada?

—No.

La directora lo miró apretando sus labios en forma de disgusto. Y Diana suspiro de forma silenciosa, sentía alivio.

—Es nuestra palabra contra la suya. —Habló Anne.

—Y no puede echar a todas sus alumnas. —continuó Diana.

La directora las miró con furia y resopló enojada.
Decidió dejar el caso inconcluso y rápidamente les indicó que los tres salieran. En el pasillo, Diana enfrentó a Ramiro.