UNO.

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La mañana comenzaba agitada para Gilbert Blythe quien se encontraba yendo a la casa de su mejor amigo, Moody. Tenían planes para esa noche y su amigo no podía fallarle ese día, después de todo, Blythe había organizado todo aquello solamente para él.

—Buen día, Sr. Spurgeon. —Sonrió Blythe. — ¿Se encuentra Moody?

—¿Tienen clases a mediodía?—preguntó el padre de Moody

—Si, sociología ¿Moody no le dijo? Cálculo que está dormido porqué le estuve mandando mensajes y no ...—El chico no pudo terminar de hablar qué el padre de Moody fue a buscar al chico.

—MALDITO BUENO PARA NADA, LEVÁNTATE QUE TIENES CLASES. GILBERT SE ENCUENTRA ESPERÁNDOTE AFUERA, CUANDO DIGO QUE ERES UN ESTÚPIDO QUE NO VALE LA PENA ...—Los gritos del Sr. Spurgeon continuaron por algunos segundos con muchos más insultos.

Gilbert rascó su nuca incómodo, quizás fue mala idea mentir sobre la clase, porqué en realidad no tenían ninguna. Pero sabía que el padre de Moody se negaba dejar salir a su hijo a pesar de tener 17 años de edad.

Mientras Moody se viste, repasemos un poco. Gilbert Blythe y Moody Spurgeon llevan siendo amigos desde primaria, esos años eran la gloria o al menos para Moody así lo eran. Pero todo fue cambiando cuando ambos entraron en la secundaria para niños en Avonlea. Seguían teniendo su amistad preciada pero Gilbert tenía cierta popularidad ahí, su amigo siempre tuvo dotes peculiares como tocar la guitarra, su carisma, su amabilidad y sobre todo, su buen aspecto no pasaba desapercibido.

Era alto, pelinegro con ojos claros, su musculatura es notable a pesar de que solo acostumbraba salir a andar en bicicleta. Avonlea al ser un pueblo pequeño, el nombre de Gilbert prácticamente era sinónimo de "ángel caído" porqué siempre se prestaba para los eventos de caridad que aquella ciudad hacía y ojo, no era que Moody tampoco se prestará para ello, solo que él jamás era notado en esas cosas. Moody solía ser gordito hace algunos años y si bien adelgazó todavía seguía siendo la sombra de su mejor amigo, pero eso a Moody no le molestó nunca o bueno, casi nunca.
Moody jamás se había quejado con su amigo, sabía que no era su culpa. Aunque aveces Gilbert solía aprovecharse de su posición para conseguir ventajas, Moody jamás se molestó.

Nunca, hasta que se enteró de la relación que Gilbert tenía con Ruby Gillis.

Ruby es una de las chicas más hermosas que hay en Avonlea y asiste a la escuela de señoritas. Su relación con Gilbert había comenzado hace quizás un mes, claro que su amigo no sabía los sentimientos que Moody tenía hacía ella. Él no se lo contó porqué siempre supo que Gilbert la había fichado desde el momento en que Ruby comenzó a arreglarse con faldas y crops tops.
Para ser sinceros, Gilbert no tomaba enserio a las chicas. Podría ser "el ángel caído" para Avonlea, pero su amigo sabía su lado oscuro y hablando en términos egoístas, era un asco.

Moody lleva enamorado de Ruby desde segundo grado de primaria, recuerda que aquella pequeña rubia lloraba porqué una de sus lapiceras favoritas se había quedado sin tinta y al verla tan bonita llorando se había enamorado completamente de ella. Quizás sonaba raro fijarte en alguien solamente por su llanto, pero así le pasó a Moody.
Gilbert jamás se fijó en Ruby hasta que la chica comenzó a verse más bonita y llamativa. Eso a Moody le molestaba, pero jamás le dice nada a su amigo puesto que no quería pelearse con él.

—Gilbert, por dios debiste decirle otra cosa. —Moody cerró la puerta.

—Lo siento, no sabía que decirle. —ambos comenzaron a caminar.— Entonces... ¿Listo para esta noche?

—No lo sé, no estoy seguro. —Dijo Moody dudoso. —¿Quien es la elegida?

—La afortunada es Jane Andrews. —Dijo Gilbert sonriente.

Los Jóvenes De Avonlea. •Anne Y Gilbert•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora