Capítulo 7

94 6 1
                                    

Holis, solo les quería advertir que este capítulo contiene escenas explícitas, solo para mayores de 18 años.

La cena procedía y todos comían, bebían y charlaban, mientras que Perséfone no podía salir de su asombro y de la sorpresa no tan agradable para ella, no le apetecía casarse con alguien el cual la había raptado a un lugar tan sombrío y la había alejado de su hogar, de su madre, no quería casarse con un hombre que no conocía por el cuál no sentía amor, tal vez una pequeña atracción física pero no amor.

La cena ya casi terminaba y Hades había notado que su prometida no había probado bocado alguno ni siquiera había dicho alguna palabra, solo veía una cara sin expresión alguna, así que decidió dar la cena por terminada, despidió a cada uno de sus invitados y no tardó en darse cuenta que su futura esposa aún estaba sentada en la mesa a solas, Hades al notarla fue a ver qué pasaba.

—Cariño...—trató de tomarla de la mano con delicadeza.

—No me toques— Perséfone reaccionó rápidamente quitando su mano para que el no la tocará—No me vuelvas a tocar en tu inmortal vida.

—Mi amor...mi amor.

—No vuelvas a llamar así tampoco—Perséfone solo se levantó de su asiento para tirar el plato que estaba en frente de ella—¿Te ha quedado claro?, No quiero que me toques, no quiero que me hables, no quiero casarme contigo, no quiero estar aquí—añadió.

—¿P-pero por qué?, ¿Por qué reaccionas así, cuando aquí no te falta nada?.

—¿Por qué será, su majestad?—respondió Perséfone en un tono sarcástico—. Yo te lo diré, me has arrancado del lado de mi madre, me has traído aquí en contra de mi voluntad, ahora me quieres obligar a casarme contigo.

—¡¡Por Gea!!, ¿Tú madre?, Tú madre es una loca que solo te trataba mal y te tenía bajo su voluntad, aquí tienes un reino que solo para ti, puedes hacer todo lo quieras aquí.

—No me hagas reír Hades, aquí no soy libre, ¿Crees que ir de mi habitación a los Elíseos es libertad?, No lo es, eres...eres tan egoísta.

Perséfone se fue rápidamente del comedor dejando a Hades con la palabra en la boca, Hades estaba molesto por la reacción de Perséfone, nunca pensó que reaccionaria así por su compromiso, lo desconcertaba un poco, no quería obligar a Perséfone a casarse con él, pero realmente deseaba casarse con ella, quería que ella fuera solo para el, pero no a la fuerza, de alguna manera pensó que el hecho de tenerla en su reino ella desarrollaría sentimiento por él, pero todo iba mal entre ellos.

Hades se dirigió a su habitación, había sido un día completamente largo y estresante para él, en el camino pasó por la habitación de Perséfone, pensó en entrar y hablar con ella pero los llantos de Perséfone se escuchaban hasta afuera, decidió mejor no entrar para no hacerla sentir peor, por muchas ganas que tenía de abrazarla para decirle que todo estaría bien, solo se detuvo y prefirió seguir caminando e ir a su habitación.
——————————————————

—Señora por favor no llore—le decía Armella a Perséfone tratando de calmarla.

—Ay Armella, no puedo con todo esto—decía Perséfone al borde del llanto y la desesperación.

—El señor Hades es muy apuesto, es más apuesto de sus dos hermanos, además es un rey y uno de los grandes dioses, no está tan mal ser su esposa.

—Hades... Es el primer hombre que conozco y no te negare que cuando lo ví me sentí algo atraída hacia el, pero ahora solo siento desprecio. Siempre pensé en casarme pero por amor no por obligación.

Armella se puso de rodillas para poder abrazar a Perséfone, en un principiante pensó que está la rechazaría pero no al contrario le respondió con abrazo aún más fuerte. Perséfone parecía una pequeña niña y al verla así tan destrozada le rompía el corazón, Armella ayudó a su señora a levantarse para llevarla a la cama y que está pudiera descansar.

Hades y Perséfone: Un amor puroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora