Había pasado una semana desde que Perséfone había llegado al Inframundo, no había salido de su habitación desde entonces, los sirvientes le llevaban comida y lo que necesitara, pasaba sus días viendo por el balcón, caminaba por toda la habitación sin parar o simplemente se echaba a llorar en su cama. Había entrado uno de los sirvientes
—Señorita por favor acompañe me, el amo Hades desea verla
—Yo no deseo ver a su amo—dijo ella un poco molesta
—Señorita por favor, si no lo hace yo pagaré las consecuencias—es espectro estaba algo preocupado
Perséfone sintió pena por el espectro y decidió acompañarlo para ir a ver a Hades que estaba en la sala de trono. Caminaron un buen rato hasta llegar a la sala de trono, era una sala gigantesca un poco oscuro, en las paredes había cuadros de pinturas de los "6 traidores", los 6 hijos de Cronos Zeus, Hades, Poseidón, Hestia, Hera y por último Deméter, todos llevaban sus armaduras, eran recuerdos de la "Titanomaquia" la guerra contra los Titanes hace ya varios siglos atrás, cada cuadro estaba en marco de oro y piedras preciosas, que hacía que estos mismo brillarán y resaltarán en ese salón un poco oscuro
Ella lo vio ahí en su trono de ébano adornado con todo tipo de piedras preciosas, llevaba una túnica azul, una corona de tres puntas, su cabello le llegaba a los hombros y en su mano derecha tenía su bidente (lanza de dos puntas). De cierta forma se dió cuenta de lo imponente y atractivo que sea veía "por Gea que estas pensando Perséfone" se dijo así misma en su mente
—Amo aquí está la señorita Perséfone—dijo el sirviente haciendo una pequeña reverencia a Hades
—Ya puedes retirarte—le dijo Hades al sirviente—Luces muy hermosa el día de hoy—dijo estaba dirigiéndose a Perséfone
Ella llevaba puesto un vestido color verde oscuro de mangas largas y un escote recto, su cabello estaba suelto y no llevaba ninguna pizca de maquillaje, a Hades le gustaba más al natural, pero era imposible ignorar su tristeza
—Veo que has estado llorando—le dijo Hades en un tono de tristeza, Perséfone tenía sus hermosos ojos hinchados
—Ni quiero estar aquí, quiero estar con mi madre
—¿Para qué quieres estar con alguien que solo te maltrata y te retiene de la libertad?
—Irónico ¿No?, Que hables de libertad cuando me tienes aquí encerrada—dijo Perséfone en un tono burlón
Hades medito en esas palabras, ella tenía razón aunque él no la trataba mal si la tenía encerrada, entonces pensó en llevarla a un lugar donde pudiera sentir un poco de libertad y tranquilidad
—Acompáñame—dijo Hades tomándola de la mano con delicadeza
—¿A dónde?, ¿Me llevarás con mi madre?—pregunto un poco ilusionada
—No, será a otro lugar pero se que te gustará
Perséfone se sintió un poco desilusionada antes tal respuesta pero aún así estaba algo curiosa hacia donde se dirigían ¿Cuál será ese lugar? Se preguntaba en su mente. Caminaron hacia las afueras del castillo ahí los esperaba un carruaje con dos caballos negros, como la misma oscuridad, Hades iba al mando de los caballos y ella iba atrás muy cómodamente
Después de varios minutos llegaron a lo que parecía un gran prado, estaba lleno de luz, tenía pasto verde, habían todo tipo de flores, árboles, un gran río, pareciera que estaba en la tierra y a lo lejos de podría observar una pequeña villa, se escuchaba una música muy alegre y risas. Perséfone quedó muy asombrada por el lugar donde estaba, Hades bajó primero para luego ayudar a Perséfone a bajar tomándola así de la mano con delicadeza
—¿Que es este lugar?—le preguntó a Hades
—Estamos en los campos de Elíseo, es donde los héroes, las almas buenas e inocentes pasan después de su muerte o simplemente pueden tomar la decisión de reencarnar para volver vivir pero después de tomar del río Lete
—¿Por qué es necesario tomar de ese río para volver a la tierra?—Pregunto Perséfone un poco curiosa
—Quien tome del río Lete olvidará todos sus recuerdos y es necesario para reencarnar—Hades tomó la mano de Perséfone— ven te mostraré el lugar
Caminaron por todo los campos de Elíseo, Hades disfrutaba de la compañía de Perséfone, y ella del lugar, era tan alegre que se le contagiaba, Perséfone bailo con las personas que ahí vivían al ritmo de la alegre música mientras que Hades solo contemplaba lo hermosa que se veía. Por un momento había olvidado ella donde estaba y porque estaba ahí, para las personas que estaban a su alrededor le era imposible notar le hecho que el rey Hades Dios de los muertos estuviera en su lugar pues el no se aparecia mucho por ahí, pero por la alegría de la joven diosa trataban de no prestarle tanta atención. Después de varias horas llegó el momento de irse
—¿Me puedo quedar aquí?—le preguntó Perséfone a Hades
—No, cariño no puedes, tú lugar es estar a mi lado en el castillo—hades noto la tristeza que rápidamente se apoderaba de ella—. Pero si te gustó tanto podrías venir mañana o las veces que lo desees
—¿Enserio?—dijo Perséfone emocionada
—Claro que si, tú deseos son órdenes para mí—le dijo mientras besaba su mano en forma de sumisión
Al llegar al castillo ella se dirigió a su habitación rápidamente para darse un baño con agua caliente, estaba agotada y su vestido estaba sucio. Al salir del baño notó que en la cama había un vestido color azul oscuro y había una chica de la servidumbre
—¿Que haces aquí y para que es ese vestido?—pregunto Perséfone
—Estoy aquí para ayudar a arreglarla para cena, mi señora
—Puedes retirarte no iré a cenar
—Mi señora todos la están esperando en el comedor
—¿Todos?—Perséfone estaba algo confundida
—Si mi señora, el señor Hades la espera con algunos invitados
—Dile a tu señor que no iré, que estoy muy agotada y deseo descansar, retirate
La chica salió de la habitación de Perséfone para dirigirse hacia el comedor donde todos esperaban, no sabía cómo decirle a Hades lo que ella le había mandando a decir, se acercó a él para que nadie escucharan
—Señor, la señora Perséfone está indispuesta
—¿Está enferma?—pregunto Hades preocupado
—No señor, dice que está agotada y que desea descansar
Hades rápidamente se enojó por el desplante de Perséfone, pero después de un momento pensó y se encontró compresible, había sido testigo de lo mucho que había bailado y corrido por todo los Elíseos. Se levantó para dirigirse a dar un anuncios a los dioses, demonios y dioses presentes en el comedor
—Señores me disculpo, pero mi prometida se encuentra un poco indispuesta por lo tanto la cena queda cancelada hasta nuevo aviso, compromiso
Salió rápidamente del comedor para ahora dirigirse a la habitación de Perséfone. Al llegar tocó la puerta, espero unos segundos pero ella no respondió, volvió a tocar y escucho un débil "adelante". Al entrar Perséfone estaba en la cama casi dormida, lucia un camisón de color blanco, sus cabellos estaban recogidos en una cola de caballo pero baja
—Hola—le dijo Hades—queria saber cómo estabas, me dijeron que estabas indispuesta
—Si, bueno, estoy bien pero agotada, me di un baño y me sentí más agotada
—Esta bien, te dejaré descansar, mañana puede ir a los Elíseos pero no tardes mucho, por la noche se volverá hacer la cena y quiero que estés ahí a mí lado—hades se acerco a ella para darle un beso en la frente—Descansa cariño
Perséfone quedó un poco confundida ya no le parecía tan malo el Dios de los muertos, de cierta forma le parecía cariñoso
Espero les haya gustado, como amor mari 💜
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Hades y Perséfone: Un amor puro
عاطفية¨Cuando estés aquí, reinarás sobre todos cuantos viven y se mueven y alcanzarás entre los inmortales los mayores honores. Habrá siempre un castigo para los que te injurien, los que no traten de propiciarse tu ánimo con sacrificios, celebrando los ri...