Capítulo 6

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Perséfone y Hécate habían llegado a los campos de Elíseos, realmente a la Diosa de la hechicería no le agradaba mucho ese lugar, era mucha alegría para su gusto, prefería mil veces visitar el Tártaro le parecía mucho más agradable, pero aún así ahí estaba haciendole compañía a Perséfone por órdenes de Hades, aunque ella lo consideraba más como su amigo que como su rey. Ya habían pasado varias horas en las cuales las dos habían hablado, Hécate le había explicado para que exactamente eran los juicios y quién eran cada uno de los jueces, también Perséfone había disfrutado de la compañía de aquellos espectros tan alegres, para ella los Elíseos parecía una fiesta de nunca acabar aunque en el fondo extrañaba mucho a su madre

Hécate se había percatado de que se acercaba la hora de la cena así que se acerco a donde estaba Perséfone para decirle que ya era hora de irse

—¿Nos podríamos quedar un rato más?—pregunto Perséfone—.No creo que noten mi ausencia—añadió

—Claro que notarán su ausencia señorita, su presencia es de gran importancia para la cena de hoy

Perséfone se sorprendió un poco, no tenía la idea de lo que realmente le esperaba, solo le habían dicho que era una cena. Antes de que pudiera preguntar el significado de aquella cena ya iban en el carruaje camino al palacio, pues Hécate le había dejado bien claro que no le gustaba hablar cuando iba viajando a algún lugar

Después de varios minutos ya habían llegado al palacio de Hades, el cual significa que ya le podía preguntar a Hécate por la cena

—¿Te puedo preguntar algo?—le pregunto Perséfone mientras bajaba del carruaje

—Si señorita, dígame

—¿Específicamente para que es la cena y por qué mi presencia es tan importante?

Hécate se quedó helada por aquella pregunta "¿Acaso ella no sabe que es para anunciar su compromiso?" Se preguntaba. Ella sabía en las circunstancias en la que había  llegado Perséfone al Inframundo, a lo mejor no era prudente mencionarlo no quería ser el motivo por el cual ella no fuera a la cena y además Hades le hubiera molestado mucho, aunque era su amigo sabía la furia de él

—Ya es un poco tarde para la cena, debería ir a arreglarse para no llegar tarde—le dijo Hécate cambiando de tema, Perséfone asintió—. En un momento irá alguien para ayudarle

Perséfone se dirigió a su habitación. Se había dado un baño de agua caliente para relajarse un poco, al salir del baño una mujer de estatura media, de piel pálida, sus cabellos eran castaños oscuros al igual que sus ojos y llevaba un vestido liso de color gris, la estaba esperando al pie de su cama, antes de preguntarle quién era, la mujer ya había hablado

—Mi nombre es Armella y he sido asignada para servirle señorita— le dijo haciendo una pequeña reverencia

—¿Así como mi dama de compañía?, Nunca he tenido una

—Si señorita, seré su dama de compañía—dijo Armella con una sonrisa—. Ahora es momento de arreglarla señorita, ya es un poco tarde

Después de 15 minutos Armella había elegido el vestido y las joyas que Perséfone usaría para la cena, era un vestido largo que sin necesidad de ser ajustado resaltaba toda su belleza, era de color azul oscuro que tenía una abertura en el muslo de su pierna derecha, iba acompañado con un hermoso collar de rubíes que adornaba su cuello y a la vez hacia relucir su escote y también llevaba un brazalete de oro con pequeñas incrustaciones de rubíes que adornaban su brazo izquierdo, sus cabellos sueltos iban adornados por una diadema de oro que llevaba unos diamantes en forma de flores, tenía un leve maquillaje que resaltaba sus hermosos ojos color avellana, realmente Perséfone lucia una reina, la reina del Inframundo
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—Señor ya deberíamos irnos...falta poco para la cena—le dijo Minos a Hades

Hades estaba perdido en sus pensamientos entre la visita de Mente y dudas sobre Perséfone sumándole todo eso el cansancio de trabajo de ese día, no estaba precisamente de "buen humor". No había estado concentrado en los juicios como se debía

—¿Señor Hades?—estaba vez lo llamó Radamantis sacándolo de su trance

—¿Que me estaban diciendo?—dijo Hades en tono de confusión

—¿Está usted bien?—le dijo Minos—. Parece ausente

—Si, si estoy bien, que por favor siga la siguiente al...— Èaco lo interrumpió

—Señor como le dijo hace un momento Minos, falta poco para la cena

—Si señor creo que ya deberíamos irnos si no queremos llegar tarde a su cena de compromiso— añadió nuevamente minos

—S-si es mejor, mejor vayan arreglarse, yo haré lo mismo, los espero en el gran comedor

Hades se despidió de los jueces y se dirigió a su habitación. Después de arreglarse se tuvo que surgir al gran salón para empezar a recibir a sus invitados. Al llegar ahí estaba la mayoría de todos los dioses y entidades del Inframundo con sus más elegantes tunicas y vestidos

Hades se acercó a dónde estaban reunidos Hypnos, su esposa Pasítea y tres de sus mil hijos Morfeo, Fobetor y Fantaso, personificaciones de algunos tipos de sueños

—Me alegro que nos hayan podido acompañarnos está noche—les dijo Hades a los cincos dioses presentes

—Es un placer para nosotros poder acompañarlo mi rey—le dijeron los dioses del sueño al mismo son

—Señora Aglaya un gusto volver a verla

Pasítea era una mujer hermosa antes de casarse con Hypnos y pasarse a llamar Pasítea, era llamada Aglaya era la menor de las tres Cárites mejor conocidas comos las tres gracias perteneciente al séquito de Afrodita, ahora era la Diosa del sueño, relajación y los alucinógenos también era la madre junto Hypnos de los Oniros, las mil personificaciones del sueño

—Pasítea señor Hades, mi nombre es Pasítea

—Disculpe es que aunque pasen los años no me acostumbro, me había acostumbrado a llamarla así cada vez que la veía con mi tía Afrodita

—¿Señor y su prometida?, Me gustaría conocerla—interrumpio Morfeo

—Mi prometida ya debe de venir, ahora sí me disculpan debo seguir recibiendo a mis invitados—dijo Hades para después retirarse

—No vuelvas a ser tan imprudente—le regaño su padre Hypnos, Morfeo inmediatamente asintió bajando la cabeza

Como sino Hades siguió saludando a los invitados que iban llegando, Eris diosa de la discordia, las keres diosas de la muerte sangrienta, a los tres jueces, hasta el mismo Caronte el barquero de los muertos estaba ahí, solo faltaba Perséfone "por qué tardará tanto" se preguntaba así mismo. Después de varios minutos de saludos por fin su diosa había llegado, realmente Perséfone deslumbraba en ese enorme salón todos los dioses y entidades posaban sus ojos ella. Hades apenas la vio camino hacia ella

—Te ves sumamente hermosa mi amor—le dijo Hades al oído mientras la tomaba del brazo— Acompañame te presenta...

Antes que pudiera terminar de hablar un espectro llegó para informar que la cena ya estaba servida, los presentes se dirigieron hacia el comedor para empezar la cena. Hades estaba sentado en la cabecera de la enorme mesa, a su izquierda estaba Hécate y su derecha Thanatos, Perséfone estaba en el otro extremo de la mesa quedando en frente Hades quien no paraba de admirar su belleza. Después que todos tomaron asiento Hades llamo su atención para decir algunas palabras

—Mi prometida y yo le agradecemos por acompañarnos está noche, está noche hacemos oficial nuestro compromiso, por favor un brindis por Perséfone, mi futura esposa y reina del Inframundo

Todos alzaron sus copas y brindaron por su futura reina. "Su futura reina" pensaba una y otra vez Perséfone mientras todos brindaban a su nombren


Espero les guste:3

Hades y Perséfone: Un amor puroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora