El día transcurrió normal. Me encontré con MiSuk y, junto a Adrián, nos divertimos lo más que pudimos en la jornada universitaria.
Así de rápido llegó la noche. Me despedí de mi amiga y subí a mi carro junto a Adrián.
—Hoy en mi departamento.— le recordé.
—Hoy en tu departamento.— confirmó que lo seguía teniendo en mente.
Adrián manejaba en completo silencio. Sentía que debía hacer algo para mejorar el ambiente, pero no se me ocurría algo que funcione y eso me hacía sentir mucho peor.
Llegamos y, sin decir palabra alguna, entramos al lugar y nos sentamos en el mismo mueble: el más amplio. Al parecer coincidimos en elegirlo.
—Cuéntame.— lo miré atentamente.
—Yo...— sobó sus manos con nerviosismo.— han habido cosas que no te he contado...— relamió sus labios.
"Su típico tip nervioso" pensé, refiriéndome a su última acción.
—Lo sé.— hice una mueca con mis labios, algo parecido a un puchero.
Adrián asintió lentamente.
—Mis papás se fueron de casa. Ellos no van a volver.
Presentía que eso solo era una parte de lo que tenía que decir.
—Continúa.
—No solo les conté que quería dedicarme al baile. También les confesé otra cosa...
—¿Que yo no sé?— fruncí el ceño.
—Que tú no sabes.— confirmó.
Asentí con la mirada perdida.
—Les dije que...— pasó sus manos por su cabello, con frustración.
—Tranquilo.— junté nuestras manos y le sonreí. Mi mirada decía que cualquier cosa que sea, yo lo voy a comprender.
—No... no estaba seguro de esto. Lo sospechaba hace un par de años... pero, yo.— seguía aun más nervioso.
—Adrián, respira. Todo va a estar bien.— comenzaba a preocuparme por su estado.
—No, Haneúl. Me voy a ir al infierno por esto.
Me levanté del mueble y me coloqué frente a él, quien seguía sentado.
—¡No puedo imaginar que hayas hecho algo tan malo como para que suceda eso, Adrián!
—¡Soy gay!— gritó mientras quedaba de pie, igual que yo.— Soy homosexual y no sé qué debería hacer.— terminó por decir, para luego comenzar a sollozar.
Paré en seco y en el lugar no se escuchaba más que el, ahora, llanto de Adrián. Cuando terminé de asimilarlo corrí a abrazarlo con fuerza.
—No puedo creer que estés llorando por la culpa de amar...— sonreí con amargura mientras caía en cuenta de que yo también comenzaba a llorar.
—¿No me odias? ¿No me tienes asco? ¿No vas a juzgarme? ¿No vas a...?— detuve lo que estaba diciendo.
—¿Qué tipo de persona sería si hago eso solo porque una persona ama?
—Pero... no amo a cualquier persona...
—¡Y sigue siendo amor! Es la palabra "amor" ¿en qué momento se especifica el género de los que tienen que ser?— lo miré a los ojos.
—Yo...
Esperé unos segundos para darle tiempo de que termine de hablar, pero me di cuenta de que ya no tenía que hacerlo. Así que continué.
ESTÁS LEYENDO
Siempre A Tu Lado
Teen FictionLa amistad jamás va a ser perfecta, eso está claro. Sin embargo, la de él y yo estaba lo más cerca de serlo. Sé que quiero estar a su lado; pero como toda persona normal, cometí errores. Lamentablemente, uno de los peores fue directamente a atacar l...