-Entonces, su desmayo fue provocado por un exceso de estrés que no supo controlar, solo le recetaré mínimos medicamentos pero sí necesitaré que se mantenga fuera de preocupaciones por un tiempo. Y sobre el golpe no se preocupe, por fortuna no se hizo mucho daño.- Habló el médico frente a mí, suspiré.
-Yo me encargaré de cuidarlo, y gracias por todo.- me levanté y me dirigí hacia donde estaba Adrián aún dormido.- hey, niño.- lo moví un poco, noté que estaba un poco más pálido y delgado que antes.
¿Cómo no me di cuenta?
-Mhg.- noté como se despertaba poco a poco.- ¿Haneúl? ¿dónde estoy? Aush, mi cabeza.- dijo tocándose dicha zona.
-En el hospital, te desmayaste.- le dije con tranquilidad.
-¿Q-qué...?- tartamudeo un poco mientras se sentaba lentamente con mi ayuda.
-Debiste cuidarte más, has descuidado de ti mismo.- hablé con una expresión de preocupación, que él notó.
-Perdón por preocuparte.- respondió con la cabeza baja.
-Eso no me importa ahora, pero dime... ¿hay algo más que me quieras contar?- pregunté seriamente.
-... no, nada.- me di cuenta que mintió, pues cada que lo hacía miraba a otra parte y tenía otro timbre de voz.
Me dolió mucho saber que no tenía la confianza de decirmelo, pero asentí y lo acompañé del hospital hasta mi departamento. Cogí mis llaves y abrí la puerta.
-Sientate en el mueble, ahora traigo un poco de agua.- lo ayudé a sentarse y hice lo dicho anteriormente.
-Gracias.- dijo mientras dejaba el vaso ya vacío en una pequeña mesa de la sala.
No pude evitarlo más y corrí a abrazarlo con fuerza, gesto que él me respondió al instante.
-Hey... ¿qué pasa?- me preguntó algo confundido.
-Idiota, me preocupaste mucho.- quería llorar, pero no lo hice.- me sentí la persona más débil del universo al pensar que...- y allí fue cuando no lo pude evitar, y algunas lágrimas traicioneras salieron de mis ojos.
-Ya ya, tranquila.- Adrián me dio golpecitos en la espalda.- no me mates tan rápido.- rio levemente.- aún no planeo dejarte en paz.- bromeó.
Se me escapó una sonrisa por su comentario.
-Dejé los libros en la librería, mañana vamos a verlos ¿sí? Y aprovechamos para dar un paseo, nos lo merecemos.- me separé del abrazo.
-Sí... es verdad.- asintió.- ¿qué te dijo el médico sobre mí?- preguntó.
-Pues... que el desmayo había sido causado por mucho estrés.- pensé.- me dio medicamentos con una receta, debe estar en mi bolso.- respondí.
-Ve a verlo.- habló con un poco de cansancio aún.
Asentí y me levanté a ver dichas cosas, las cogí y regresé a la sala.
Encontré a Adrián dormido en el mueble más grande. Sonreí y fui a mi habitación a sacar un edredón, volví donde él estaba y lo abrigué.
-Duerme bien.- sonreí mientras lo veía, para luego comenzar a hacer unos trabajos de la universidad.
Me llegó un mensaje de un número que no tenía agendado.
Le eché un vistazo al chat.¡Hola Haneúl!
Cierto, me olvidé
presentarme.
Soy MiSuk, acuérdate
de mí. :c¡MiSuk! ¿cómo no
acordarme de ti?
¿cómo has estado?¡Muy bien!
Pero a ti ¿qué tal
te fue?Creo que bien.
Encontré a Adrián
enseguida.¿Y por qué crees?
Se desmayó por exceso
de estrés mientras
veíamos libros, está
pasando por un
momento difícil. :(Ou... que mal :(
¡Pero deseo que se
recupere pronto!Claro que se recuperará
pronto, solo teniéndome
a mí lo garantiza xdEso está claro xd
¡Hablamos después!
Debo ir a cuidar a un
primito mío ;3¡Oh, claro!
Nos vemos mañana.Nos vemos mañana, Haneúl 💜
Definitivamente, MiSuk era un amor de persona y eso yo ya lo tenía claro.
-Haneúl...- abrí mis ojos con sorpresa al escuchar la voz de Adrián, me levanté para luego dirigirme hacia donde él estaba.
Adrián al verme me sonrió
-¿Cómo estás?- le pregunté.
-Creo que necesitando mis medicinas.- dejó de mirarme.
-¿Ah sí? ¿te duele algo?
-Mi cabeza me duele mucho.- suspiró poniendo su antebrazo sobre sus ojos.
Me dolía verlo así, pero sabía que debía mantener mi cordura.
-Bien, ahora vuelvo.- dije brevemente yendo hacia la cocina, donde estaban las pastillas, y cogí una de ellas después de darme cuenta que todas eran para lo mismo.
Regresé a donde estaba Adrián.
-Adriannie, toma.- le di dos de las pastillas.- así indica la receta, tranquilo, no te voy a matar.- reí.
-¿Cómo supiste que estaba pensando eso?- él fingió un gesto de sorpresa para luego recibirlas y tomarlas con un vaso de agua que también había traído.
-Gracias...- él miraba hacia el piso
-No hay de qué, solo te devuelvo bastantes favores.- le sonreí.
-¿Entonces no me quieres?- no lograba ver su rostro ya que la había volteado.
Me asusté ya que su tono sonaba desanimado.
-¡No, no! claro que no, ¿qué dije? solo te estaba diciendo que no me tenías que agradecer porque yo ya estaba en deuda contigo, sentí que el querer ya estaba un poco fuera del tema y yo... claro que te quiero, es solo que...- traté de explicarle rápidamente con nerviosismo.
Sentí que el cuerpo de Adrián se lanzaba hacia mí quedando los dos acostados en el mueble, que por cierto era un poco más grande que los normales.
-Deja de hablar así, me estresas.- se rio, yo lo miraba confundida.- es obvio que era una broma, ¿cómo voy a dudar que me querías?- seguía riéndose.
Y, justo en ese momento, agarré una almohada y se la tiré en la cara con fuerza haciendo que deje de hacer lo que hacía.
-Eso dolió, Haneúl.- me miró aún aguantado sus ganas de seguir riéndose.
-Fue solo una pequeña venganza, no te quejes.- lo miré con un leve puchero.
-Ay, mi linda Hannie, te quiero tanto.- se me tiró a los brazos para abrazarme.
-Adrián ¿estás bien?- fingí preocupación, mientras le tocaba su frente "revisando si estaba mal".- ¿las pastillas tienen efectos secundarios?- se me escapó una pequeña risita.
-Déjame...- sentí como su respiración se hacía cada vez más tranquila y dejaba de hablar.
-¿Te vas a dormir abrazándome?- le pregunté, pero él ya no me respondió.
Se había quedado dormido, suspiré al darme cuenta de eso.
-Buenas noches, Adrián.- dije por último para luego caer en brazos de Morfeo, al igual que mi mejor amigo.
Bueno, pero antes de todo esto debí recordar que... NO HABÍA PUESTO LA ALARMA.
Me levanté notando que era más tarde de lo habitual y corrí a ver el reloj de la sala.. ERAN LAS 7:40 DE LA MAÑANA.
-¡Dios no, otra vez no!- corrí hacia mi habitación y me puse lo primero que encontré para luego volver a correr hacia el baño y asearme, me dirigí hacia la cocina ya más tranquila planeando solo tomarme un vaso de yogurt, pero grande fue mi sorpresa cuando...
-Toma.- Adrián me extendió un sándwich muy bien hecho junto a un envase donde había café con leche y crema, mi favorito.
-Terminaré de agradecértelo cuando vuelva, te lo prometo.- dejé las cosas en la mesa y al culminar de arreglar mi mochila la puse en uno de mis hombros.
-No quiero ir, quiero descansar un día más, justifícame por favor.- me habló mientras se volvía a acostar.
-Me alegra oír eso, y sí haré eso por ayer y hoy.- le sonreí, dejé un beso en su mejilla y cogí el desayuno para luego dirigirme a mi auto y comenzar a manejar lo más rápido que podía.
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Siempre A Tu Lado
Teen FictionLa amistad jamás va a ser perfecta, eso está claro. Sin embargo, la de él y yo estaba lo más cerca de serlo. Sé que quiero estar a su lado; pero como toda persona normal, cometí errores. Lamentablemente, uno de los peores fue directamente a atacar l...