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-Contaré cómo terminó la última relación que tuve, sé que puede sonar triste pero me parece realmente cómico cómo sucedió.- explicó MiSuk.
-Parece que será una buena historia.-  comentó Adrián, mientras comía otro alfajor, yo lo miré.
-¿Parece? obvio que sí, suena bien.- le contesté con una sonrisa.
-Bien, esto sucedió a finales del año pasado; un día estaba discutiendo con él por encontrar una foto en donde otra chica y él bailaban muy juntos en una fiesta que yo no sabía que existió.- expresó, mientras cogía otro alfajor.- entonces, él me dijo "¿cómo puedes dudar así de mí? me lastimas" primero me sentí mal, porque creía que estaba siendo demasiado dramática; pero cuando volví a ver la foto desperté nuevamente, obviamente esa posición no era algo normal o cerca a ello, así que, finalmente le dije "se acabó, lo nuestro definitivamente se acabó" de todas maneras, nuestra relación ya estaba deteriorada por lo que no me hirió mucho decir eso, sin embargo, él me respondió con un "está bien, pero conste que tú fuiste la que falló" eso me hizo sentir muy mal ¿y si era verdad? pero aquí va la parte cómica.- dijo MiSuk entre risas.- llegó la misma chica de la foto y le puso un brazo en el cuello diciéndole "¿ya nos vamos, amor? te esperé demasiado" él la miró con ojos fulminantes, para luego verme a mí.- comenzó a carcajear.- debieron ver su cara; en fin, lo último que le dije fue "¿quién era el que falló?" y me fui, fue muy cómico, en verdad.
-Vaya, ¡qué mala suerte la del chico!- me reí.- ni ser infiel le sale bien.
-Y tú toda una maestra y aventurada que sabes cómo reaccionar a eso.- comentó Adrián, a lo que asentí para aprobar lo que dijo.
MiSuk sonrió en respuesta.
-Nunca me ha gustado, ni he permitido, que me falten el respeto, por más mínimo que sea.- informó.
-Concuerdo, nadie tiene el derecho de hacerlo.- le contesté.
-Yo, un hombre civilizado lleno de valores.- dijo Adrián, riéndose por la forma en la que habló.- confirmo lo que dicen.
-Es un gusto tener cerca a una persona como tú, Adrián.- sonrió MiSuk.
-El gusto es mutuo.- le respondió mi mejor amigo.
-¡Esperen, esperen! MiSuk, no te atrevas a quitarme a Adrián.- bromeé, mientras abrazaba el brazo del antes mencionado.
-Claro que no, deberían saber que ustedes dos se complementan.- fueron las palabras de mi acompañante.
¿Nos complementamos?
Adrián me miró, obviamente pensaba lo mismo que yo.
-Ahora que lo dices, sí.- respondí.
-Está claro que nos complementamos.- hablamos al unísono.
-¿Vieron que sí?- sonrió MiSuk.
Por accidente, llegué a ver el reloj y caí en cuenta de que eran las 8:40 de la noche.
Buena hora para ya salir.
-MiSuk, hora de irse.- traté de coger un último alfajor, pero la bandeja ya estaba vacía; sin embargo, solo me dio tiempo de hacer un puchero y levantarme.
-Nos veremos luego, Adrián, suerte.- agarró su cartera y se colocó cerca a la puerta.
-¿A qué hora regresarás?- mi mejor amigo me cuestionó.
-Alrededor de las diez, aproximadamente.- le informé, y recibí un asentimiento de cabeza como respuesta.
Agarré las llaves y salí de mi departamento acompañada de mi amiga. Ya estando las dos acomodadas en mi carro, comencé a manejar.
-Adrián me cae muy bien.- comentó MiSuk.
-Ese chico le cae bien a todos.- le contesté con una sonrisa.- soy muy afortunada de tenerlo.
-En eso tienes razón, yo... nunca tuve esa suerte de tener a alguien así.- bajó su cabeza.- todos mis amigos, hasta ahora, no duraron más de unos meses y luego ¡sorpresa! siempre se convierten en unos completos desconocidos.- suspiró mientras veía la ventana.
Comenzó a llover, el sonido junto al olor que provocaba la lluvia me encantaba en todos los sentidos.
-Pues... ya encontraste a alguien que no será así.- sonreí mientras la veía.- quizá yo soy la persona que has estado buscando.
MiSuk volteó a verme, tenía los ojos brillantes, asintió con el mismo gesto que yo y volvió su vista a la ventana.
-Que sea así.- dijo mientras le ponía atención a la carrera de gotas de lluvia en la ventana del carro.
-Ganará el de la derecha.- reí, mientras le señalaba la gota de la que hablaba.
-Claro que no.- ella frunció el ceño, bromeando.
-Obviamente sí.- respondí con aura segura.
-Vas a ver que no.- dijo al escucharme.
-Vamos a ver.- dije por último, para volver a poner toda mi atención hacia adelante.
-Haneúl, ¡el de la izquierda está ganando!- exclamó con emoción.
-A veces, el que ríe último, ríe mejor ¿no?- reí mientras comprobaba viendo las dos gotas de la ventana.- el izquierdo tiene mucha ventaja.- admití.
-¡¿Te das cuenta?! Ganará el de la izquierda.- volvió a exclamar.- Haneúl, mi casa es esa.- señaló una realmente grande y de color blanco.
-Ahora estaciono el vehículo.- hice lo dicho, y le volví a prestar atención.
-Ganó el de izquierda.- me señaló al ganador.
-Me has fallado de la peor manera, gota derecha.- reí mientras bajaba del carro junto a MiSuk.
Corrimos hacia el lugar, ya que comenzaba a llover con más fuerza y no queríamos mojarnos mucho. MiSuk tocó el timbre y, a los pocos segundos, un pequeño niño nos abrió la puerta.
-Hola, mi lindo Gael.- mi amiga se arrodilló para quedar a su altura y abrazar al menor.
-Mamá...
El hecho de escuchar que el niño llamó "mamá" a mi amiga, a pesar de que sabía que no lo era, definitivamente me destrozó. Era un niño muy lindo, me dolía el solo hecho de pensar que no crecería como cualquier otro niño, aunque sabía que MiSuk daría lo mejor de ella misma para hacerlo feliz.
MiSuk se levantó, y Gael abrazó su pierna con sus brazitos, buscando protección.
-Hola, Gael.- sonreí, mientras movía mi mano en señal de saludo.
-Hola...- el niño de cuatro años me respondió con un poco de timidez.
-Todo está bien, ella es...- MiSuk me miró con una sonrisa.- una buena amiga mía.
Le correspondí el gesto.
-Sí, es así.- miré al niño.- hoy la pasaremos bien, aunque sea un rato ¿está bien?
Gael asintió con la cabeza.
-¿Cómo se llama, usted?- me cuestionó.
-Oh...- me reí, recordando que no le había dicho ese dato.- mi nombre es Haneúl.- respondí amablemente.
-¡El igual de raro que el de MiSuk!- el niño rió.
-Sí... es igual de raro que el de MiSuk.- dije riendo, al igual que él.
-Bien; Haneúl, Gael, tomen asiento, hace frío y no quiero que se enfermen.- MiSuk habló mientras entraba por completo a la casa.
-¡Por fin llegaste, MiSuk!- una señora de alrededor de cincuenta años entró a la cocina, lugar en el que estábamos.
-¡Dios mío! Muchas gracias, señora Wilson.- mi amiga se acercó a dicha señora y le dio un abrazo.- no sé qué haría sin usted.
-Es un gusto ayudarte, MiSuk; y más si es para cuidar este niño tan precioso que tienes.- dijo mientras miraba con ternura a Gael.- ¿y quién es la chica que has traído?- preguntó al llegar al verme.
-Es una amiga mía, ha venido a conocer a Gael.- respondió MiSuk con cortesía.
La señora se acercó a mí, le brindé una sonrisa.
-Eres la amiga que esta chica necesitaba, créeme que ya necesitaba a una compañera.- me confesó, en voz baja.
-Y no me iré.- le di esa breve respuesta, para luego volver a dirigirme donde estaba MiSuk.
-Te daré un tour de este lugar, así no te pierdes.- se rió, mientras me guiaba a diferentes lugares y me los presentaba.
Luego de eso, regresamos a la sala principal, donde Gael me estaba esperando.

Siempre A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora