6.En sus brazos.

1K 67 9
                                    

Carlie.

Estaba en el que desde este momento se convertiría en mi lugar favorito del mundo, estaba en los brazos de Jericho, de mi tentación de ojos rojos.

Ahora que sabia que era la compañera de este sexi macho, entendía porque mi atracción hacia el, porque no podía sacarlo de mi mente a pesar de que el no estaba, los compañeros sienten atracción inmediata, son el complemento perfecto uno de otro, no podía decir que amaba a Jericho, aún no, pero si sentía una fuerte atracción cómo no la había sentido por ningún hombre en mi vida, los novios que tuve eran buenos chicos, pero Jericho, con el no aspiraba algo pasajero y que termine tan pronto como empezó, por primera vez quería estabilidad, amor verdadero, un lugar al cual llamar hogar, mi hogar, una familia, hijos, esposo.

Jericho me hacia desear un futuro juntos, construir una familia aquí en la One, estaba dispuesta a quedarme a su lado, dejar mi vida fuera de la One, quería a Jericho en mi vida y estaba dispuesta a sacrificarme por amor, sabia que podía tener hijos, sólo hombres, pero no me importaba, si elegía quedarme, junto a Jericho, podíamos tener una familia y ser felices.

Me separe de Jericho, sólo un poco, aspire su aroma, un aroma increíble para mi, este era el momento para llevar nuestra unión un paso mas allá, me sentía segura con el, era un macho maravilloso que por desgracia sufrió a manos de Mercile, en donde  destruyeron su espíritu, por eso su temor a  las personas, por eso sentía tanta vulnerabilidad, Jericho se sentía como un pez fuera del agua, que no encaja ni con su propio pueblo, Mercile fue una de las peores maldades humanas porque no solo destruyeron las vidas de los nueva especie, sabían que el punto débil de una persona esta en su esencia, su espíritu y fue ahí donde les dañaron.

Me acerco al oído de mi tentación y con mi voz mas dulce le susurro:

- Quiero ser tuya Tentación, completamente tuya.                                                                                                La respuesta de Jericho es inmediata, hace un exótico sonido y me levante en sus brazos, camina lentamente hasta llevarnos a la cama, me deposita con una suavidad que solo hace que me llene de ternura.

- Mi hembra, serás mía solo mía.                                                                                                                                    La posesividad con la que expreso esas palabras calo hondo en mi ser, su voz era peligrosamente atrayente, este macho era un peligro para mis alocadas hormonas.

Lentamente me despojo de lo poco que traía en mi cuerpo, estaba anonadada, solo deje que el se encargara, sus ojos me atraían a tal punto que no reaccionaba, poco a poco los dos quedamos desnudos, Jericho tenia cicatrices que sin temor a equivocarme podía decir que eran producto de su vida en Mercile.

Se posiciono lentamente encima de mi, era notoria la diferencia de tamaños pero Jericho estaba siendo muy delicado y cariñoso, me beso pausadamente, esto era tan dulce, tocaba mi cuerpo con mucho cuidado era todo un caballero, nos besamos hasta quedar sin aire, se separo un poco y empezó a besar mi cuello, fue descendiendo por mi cuerpo, sin dejar tan solo un lugar sin besar, me sentía en las nubes.

Mi cuerpo estaba reaccionando magníficamente a las caricias y los besos de Jericho, mi vagina estaba muy húmeda, mis pezones erectos, mi respiración agitada, esto era exquisito, sin esperármelo Jericho me hizo un oral, joder esto era el maldito paraíso, estaba muy pero que muy excitada, hace algún tiempo que nada de nada y mi tentación de ojos rojos estaba despertando mi fiera, deje de estar quieta y empecé a halar del cabello de Jericho.

- Mmmasss, masss.                                                                                                                                                                 Estaba tan perdida en mis sensaciones que no podía hablar, solo quería que esto no parara....


Ojos Rojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora