CAPÍTULO 8

1.2K 75 22
                                    


Aidan

2 semanas después

Habían pasado exactamente 16 días desde que Olivia me apartó de su vida, sinceramente al principio creí que volvería al tiempo para decirme que se había equivocado, pero eso no sucedió.

Había tenido que tirar de todo mi autocontrol para no buscarla y rogarle que me diera una segunda oportunidad, pero ya estaba empezando a flaquear.

La primera semana escalé toda las noches el árbol de su ventana para verla dormir, así al menos podría observar ese rostro aunque fuese por cuestión de minutos, porque el hecho de no poder verla me estaba matando.

Necesitaba volver a conectar con esos inmensos ojos azul océano, tocar sus suaves y rosadas mejillas, escuchar su hermosa risa, besar esos labios que me volvían loco o simplemente volver a colocar esos mechones revoltosos tras su oreja.

Olivia se había convertido en mi droga, y para evitar volver a caer en ella, me metí en otras.

En ese tiempo me había aficionado a la bebida, bebía noche sí y noche también, por no hablar de que volví a mi antiguo hábito de fumar.

Mi abuela Esme me visitó al ver que no iba a la biblioteca y me aconsejó volver por un tiempo a Italia, y fue lo que hice.

Cuando llegué a mi hogar lo único que pensé fue en conseguir distracciones que me hicieran olvidar esos cabellos azabaches. Me la pasaba de fiesta, todas las noches acababa con una tía distinta: morenas, rubias, pelirrojas, extranjeras.... nada, no conseguía satisfacerme, la única manera que tenía de correrme era imaginarme que estaba con Olivia. Esto empezaba a frustrarme.

Pasaron los días y poco a poco mi mente se fue disipando, hasta que llegó el cargamento de las cosas que dejé olvidadas en casa de Arlet.

Empecé a abrir las cajas, poniendo toda la ropa, el iPad, el MacBook, los utensilios de dibujo, etc, en su lugar correspondiente.

Pero un paquete enorme envuelto en un papel negro llamó mi atención, me dirigí rápidamente acortando las distancias hasta tenerlo de frente.

Rasgué el papel y mi corazón empezó a latir enloquecido al ver el cuadro de unos ojos, sus ojos.

Ese cuadro lo empecé a hacer pocos días después de que ella me dijera que no la buscase más, pero por cuestiones de la vida, no lo terminé, y ahora estaba ahí, frente a mi, hechizandome de nuevo.

Recuerdo que plasmé su rostro en el lienzo y el acto de teñir sus mejillas rosadas, conseguir su aspecto desaliñado y trazar esos pelos revoltosos me tardó casi dos días.

Pero eso no es nada comparado al hecho de que me llevé 4 noches sin dormir, tirando de wisky, vodka y cigarros para conseguir el tono idóneo de ese mágico tornado que desprende su mirada.

A día de hoy, todavía no lo había encontrado, así que el retrato quedaba vigente, atormentandome de la manera más placentera que he conocido jamás.

Y fue ahí, en ese preciso instante en el que esos ojos me pedían color, cuando mi mente me gritó: esa pelinegra es mía, búscala.
__________________________________

Olivia

*Mensaje*

Andy

- Ey escarabajo, Eva y yo vamos a ir a tomar un café, vente.

+ no tengo muchas ganas Andy

- Oli, te has llevado 2 semanas sin salir, apenas has comido nada y ni siquiera has hablado con nosotras de lo que te pasa

+ Lo siento

 MALDITA DISTANCIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora