Una nueva estudiante llega a
Night Raven College, será admitida solo por que su familia es una beneficiaria de la institución, las peculiaridad es rondan en ella, y cierto líder de dormitorio se interesara por ella, aunque no todo será un cuento de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los días después de navidad pasaron de manera rápida, ni que se diga de año nuevo, Scarlett estaba más que agotada, después de eso vinieron los cumpleaños de Lilia y Malleus, fueron divertidos aunque no lo disfruto mucho ya que todo el tiempo se la paso peleando con Sebek.
Además el inicio de clases fue muy agobiante para todos, puesto que había muchas cosas que hacer, Scarlett se encontraba tirada en la sala de estar de Scarabia, estaba agotada, aún no se acostumbra al calor del lugar, su tono de piel cambio un poco gracias al calor, aunque siendo sinceros no le molestó esto en absoluto, miro a Rajah quién se encontraba dormido relajadamente en el sol, le lanzó una cara de amargura y después suspiro, estaba agotada, y eso que apenas había amanecido.
Scarlett de la nada sintió como algo le había caído enzima miro que fue, era un cojín, miro quien lo lanzó y noto que se debía a Jamil, le miro ofendida, este por su parte se cruzó de brazos.
—¿Te la pasarás todo el día ahí?
—No me culpes, el calor me está matando y me siento agobiada por todas las festividades que hubo —hizo un puchero— además adaptarse nuevamente a las clases no es poca cosa.
—Aja, si es el caso sal de aquí y ve a otro lugar más fresco.
—¿Cómo cual, señor listo?
—Puedes ir a Octavinelle, a conseguir algo en el restaurante.
—Dijiste que tenía prohibido ir.
—¿Desde cuándo me haces caso?
—Buen punto, iré en otro momento, no quiero sentirme asfixiada por los Leech.
—Bueno eso te pasa por convivir con personas así —se acerca y queda delante ella.
—En primera yo no me acerque, ellos me secuestraron en Halloween como los de Pomefiore lo hicieron, segunda, ellos empezaron a acercarse más no es culpa mía.
—Te dije que tuvieras cuidado y simplemente no lo hiciste —se sienta a su lado.
—Pensé que solo bromeabas y exageradas.
—Le da un leve golpe en la frente— yo no hablo solo por hacerlo.
—Se frota donde le golpeó— Lo tendré más en cuenta, por cierto ¿Y Kalim?
—Ni idea, ha de estar por ahí, no soy su niñera.
—Bueno eres su cuidador, por lo que me dieron a entender.
—Solo cállate.
—Vaya, sigo sorprendiéndome de tu lado hostil, de gran ego, sabes, pareces bipolar.
