3 (La mitad, bueno, tres cuartos)

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De pronto todo el salón, y bueno es probable que toda la escuela, empezó a agitarse, como si se tratara de un terremoto. Un segundo después, las ventanas y lámparas estallaron, lanzando fragmentos de vidrio roto por todo el lugar. Las risas de hace un momento s convirtieron en gritos y maldiciones mientras todos asimilaban lo que pasaba, varios se quedaron en su lugar, mientras que otros se ocultaban bajo las mesas. Escuche a un chico gritar  > ¡Terremoto!<  a la vez que echaba a acorrer a la puerta seguido de algunos compañeros >>Ah, Ah<< pensé >>Aun no chicos, ¿Qué no estaban disfrutando del show de hace un momento<< , solo había salido un par de ellos cuando hice que la puerta se cerrara de golpe y se quedara así, algunos trataron de empujarla, pero yo sabía que era inútil, una chica corrió a la ventana como buscando otra manera de salir, pero dado que estábamos en el segundo piso, no creo que esa fuera una opción.

Busque con la mirada a Allison y a Alexia, las encontré junto a la pared, sentadas en el suelo, estaban una junto a la otra y se cubrían la cabeza con las manos.

Me levante de mi silla y empecé a caminar hacia ellas, creí escuchar a mi mejor amiga gritar mi nombre, pero no le preste atención, por el rabillo del ojo la vi levantarse para acercarse a mí, pero la detuve. Sin girarme siquiera levante mi brazo y me imagine sujetándola de nuevo contra el suelo y manteniéndola allí. Al instante Emma dio un par de pasos atrás y cayó al suelo, trato de levantarse pero fue inútil. Deje de prestarle atención y me enfoque en las otras dos chicas frente a mí, tuve que ponerme en cuclillas para poder estar a su nivel (sin juego de palabras incluido).

Ambas alzaron la vista y al mirarme Allison soltó un gritito mientras que Alexia se llevaba las manos a la boca y sacudía la cabeza, ya me daba una idea del por qué.  La única vez que había perdido el control d esta manera había captado un vistazo mío en el espejo. Sabía que mis ojos se habían puesto brillantes, como dos faros, lo suficientemente sobrenaturales como para asustar a cualquiera que los mirara. Sonreí. Sus expresiones de horror aumentaron y la satisfacción que eso me causo probablemente dejaría trastornado a más de un psicólogo en el país.

-Supongo que ahora deberían de estar contentas, ¿no?- les dije – después de todo les gusta llamarme bruja, y resulta que no estaban tan equivocadas.

Ninguna de ellas respondió

-¿Qué? ¿Nada? – Me burle – Vamos, no me creo que no tengan nada que decir.

Me acerque un poco más  a ellas, ambas trataron de retroceder, pero sus espaldas pegaban contra la pared

-¿Saben? Llevan divirtiéndose a mi costa un tiempo ya, aunque jamás entendí porque lo hacían, pero pensaban que jamás me defendería, y eso era jugar con fuego, y  hoy escogieron un mal día.

Ambas están mortalmente quietas, incluso sus ojos se veían vidriosos.

Se veían aterradas. Aterradas de mí.

Ese pensamiento en lugar de alarmarme, me lleno de una insana satisfacción.

>> ¡NO!<< el grito de alarma sonó dentro de mi cabeza, pero no era mi voz, si no la de Emma. Me sorprendí tanto que por un momento me olvide de todo y gire a ver a Emma. Ella seguía donde la deje, sujeta al piso, me miraba directa a los ojos, los cuales estaban llenos de preocupación y cuando hablo no lo hizo en voz alta, si no que volví a escuchar su voz en mi mente.

>>No Criss, basta, por favor, esta no eres tu<<

Me quede mirándola unos segundos antes de sacudir la cabeza y girarme de nuevo. Debí de haberlo imaginado, jamás le había contado a Emma lo que era capaz de hacer, ella no tenia manera de saber que podría escuchar lo que quiso decirme.

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