Evanescente

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Eso sí que me hizo reaccionar, abrí los ojos como platos y me quede mirando a mi hermano, casi esperando que se riera y gritara algo como “¡Caíste!, es solo una rara enfermedad que anda rondando, pero yo creo que si la libras hermanita” porque siendo sincera eso me hubiera impactado menos. Pero Allan solo me regreso la mirada con decisión y nerviosismo.

-Eva… ¿Qué cosa? – pregunte

-Evanescer – respondió mientras se levantaba

Lo primero que me salto a la mente fue el “Armario Evanescente” el que aparece en Harry Potter, pero no creí que me estuviera transformando en un armario, nop, estaba segura de que era otra cosa. Estaba por decírselo a mi hermano cuando todo el calor que sentía se fue tan rápido como llego y un nuevo ataque de tos se abrió paso, me doble hacia adelante y me sujete el estomago con las manos.

Allan maldijo y salió disparado escaleras arriba. Ahora estaba sola. Empecé a entrar en pánico, esta vez duro más que las anteriores, apenas si respiraba, no sabía lo que evanescer significaba y Allan se había ido.

Justo cuando creía que probablemente mi vida acabaría gracias a un ataque de tos, algo cambio. Me sentía ligera, no, no solo ligera, me sentía vacía, me acerque las manos para cubrirme la boca y al retirarlas me di cuenta de que lo que tosía era humo. ¡Humo! Como si me hubiera tragado una jodida fogata. De acuerdo, ¡Bienvenido sea el ataque de pánico!

Trate de llamar a Allan pero no podía hablar, solo seguí expulsando humo, no podía articular ninguna palabra. Intente ponerme de pie, pero mis piernas no me respondieron, tampoco los brazos, pronto todo mi cuerpo dejo de ser algo que yo controlara y caí de espaldas al sofá mientras seguí tosiendo, y mientras más humo sacaba mas vacía me sentía

No sabía qué hacer, jamás había sentido tanta impotencia en mi vida, ni siquiera era capaz de controlar mi propio cuerpo, solo podía quedarme allí tumbada y ya, tratando de no llorar

El regreso de Allan detuvo mi tiempo de auto-compasión. Se agacho a mi lado y no parecía especialmente sorprendido de ver mi imitación de chimenea

-Es la evanescencia – respondió a mi pregunta no formulada – Criss, escúchame y haz lo que te diga que hagas, ¿Okay?

Yo asentí… o lo intente, aun no podía moverme, de cualquier forma Allan no espero ninguna respuesta y siguió hablando mientras sacaba algunas cosas de la mochila que llevaba (debió de haberla sacado de su habitación o algo así)

– Tratare de explicarlo todo lo mejor que pueda, aunque dudo que sea sencillo de comprender, enserio creí que eso no pasaría- Había terminado de vaciar su mochila, pero coloco todo en el suelo, fuera de mi rango de visión. No me miraba, si no que estaba concentrado en lo que estaba haciendo, aun así empezó su explicación

-Lo primero que debes de hacer es calmarte, ¿De acuerdo? – >> Mas fácil decirlo que hacerlo<< pensé con sarcasmo, claro que no era él quien tosía humo – la evanescencia no es peligrosa, no cuando ocurre sola como ahora, es algo relativamente normal

Yo no podía hacer expresiones aun, pero estaba segura de que mis ojos transmitían mi escepticismo. Mi hermano debió de sentir mi mirada porque levanto la cabeza y al verme se rio un poco

-Está bien, tal vez no lo sea para los humanos comunes, pero lo es para nosotros – su sonrisa se volvió un poco triste, levanto sus manos, una estaba vacía y en la otra sujetaba con un liquido negro tan espeso como pintura, sumergió dos de sus dedos en esa cosa – Cierra los ojos Criss

Lo hice y un segundo después sentí sus dedos en el lado izquierdo de mi cuello, dibujando algo que no pude identificar, no lo tuvo fácil, pues yo seguía tosiendo como si me pagaran por ello