02. El comienzo.

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Escuela. Lugar donde comenzó mi auto-odio.

Cuando eres chica siempre te dicen que la escuela es el lugar donde haces tus primeros amigos, donde aprendes cosas nuevas, pero núnca te dicen que ese también es el lugar donde vas a ser discriminada y donde vas a ser excluida. Es como un folleto de un hotel, te dicen todo lo bueno que tiene pero en ninguna parte nombran que  queda alejado de todo o que no tiene piscina, etc.

¿Cómo comenzó todo exactamente? Bueno, había un chico que me gustaba en primaria (en realidad habían muchos) y como a él yo no le parecía linda comenzó a criticarme y entonces los estúpidos de mis compañeros le siguieron el juego. Yo no los escuchaba. Pero luego, se volvió mas rudo. Toda la escuela se había enterado de mis sobrenombres y empezaron a llamarme así también.

Luego, pensé que en la secundaria iba a ser todo distinto, pero no lo fue. Se volvió peor. Las chicas me señalaban y decían cosas hirientes y los chicos se reían de mí. No los entiendo, sólo soy una gorda no un alienígena. Sus mentes de rata me sorprendían, ellos pensaban que decirle "Barril sin fondo" a una chica era ser copado. No lo es. Para ellos es divertido para mi 5 horas semanales de psicológo. No hay nada más deprimente que ir al psicólogo, una persona a la que le pagan para escuchar tus problemas cuando seguramente no te esta prestando atención.

Pero, ¿Saben que es más deprimente que cortarse las venas? Tener una hija que lo hace.

Mi mamá desde chica siempre me apoya en todo. Pero luego empezó a notar que algo andaba mal conmigo: no hablaba, no comía y aunque hicieran 38 grados de calor yo usaba manga larga. No le llevó más de una semana darse cuenta que yo me cortaba. Me dió la típica charla de la madre preocupada y luego me envió al psicólogo. ¡Cómo si eso solucionara todo!

Lo más vergonzoso fue que luego toda mi familia se enteró de mis cortes. En las reuniones familiares me miraban con cara de compasión. No necesito que me tengan pena. Necesito que me odien. Porque eso es lo que me merezco. Odio. Odio. Odio. Y más odio.

Al cabo de un mes, la escuela entera se enteró de mi problema. Pensé que se iban a dar cuenta del daño que me hacían, pero fue todo lo contrario, eso alimentó su maldad. Son crueles y despiadados. No saben cuando parar.

No deberían preocuparse tanto en odiarme, para eso estoy yo.

Historia de una suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora