06. Online.

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Una vez encontré un blog en el que la gente suicida publicaba sus historias suicidas para que otra gente suicida la leyera. Ese fue mi soporte durante un periodo de tiempo. Era lindo saber que no era la única que sufría esta batalla. Al mes, me enteré que la autora de mi historia favorita, quien escribia consejos para superar esta etapa, se había suicidado. fue bastante decepcionante enterarme eso. La única persona que me entendía había cabado con su vida.

Así fue como entré en una depresión más profunda. Ya no salía a ningún lado, ni hablaba con nadie. Y, aunque suene bizarro, le escribía cartas a la autora fallecida.

Luego, superé esa parte horrible de mi vida y volví a mi vida normal (normal para mí).

Hace un año solía subir fotos a Instagram cada 5 minutos. Fotos mias frente al espejo, acostada, viendo televisión, yendo de paseo, etc. Pero cuando las criticas empezaron a aumentar, los comentarios groseros también lo hicieron. Si subía una foto en el espejo comentaban: "¿Cómo puedes caber en el espejo gorda?" Y con eso mi autoestima, de por sí baja, disminuía notoriamente.

Por facebook y twitter también recibía odio, así que terminé cerrando mi cuenta en ambas redes sociales.

Ahora lo único que me queda es WhatsApp en donde solo tengo 4 contactos para evitar que alguien me mande algun mensaje hiriente.

Prácticamente, después de todo lo que conté, puedo decir que mi vida en las redes sociales es un asco. Mi vida en sí es un asco.

Soy un asco.

Historia de una suicida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora