Estoy segura de que más de una entiende ese sentimiento que se hace presente cuando tu mamá o quien sea te lleva a comprarte ropa, al principio estas emocionada/o porque, es ropa nueva!!, pero luego de entrar y salir de tienda en tienda buscando algún jean que te pase por tus inmensas caderas, comienzas a ponerte de mal humor y eso provoca como consecuencia que tu mamá también se ponga de mal humor porque su hija no quiere comprarse ropa y te da ese largo e interminable discurso de: cuantas chicas estarían deseando comprarse toda la ropa que tú puedes comprarte y bla bla bla.
En mi caso, siempre me llevan a comprarme ropa junto con mi hermana, pueden imaginarse que yo termino sentada en algún rincón de la tienda viendo como mi hermana entra y sale del probador y observando cómo todo le queda bien, como todo le resalta la cintura perfecta que tiene, viendo como más de un chico que entra en la tienda le observa el trasero mientras se humedece los labios, viendo como mi corazón se parte un poco más al darme cuenta de que yo nunca voy a tener ese cuerpo, de que yo nunca podré usar jeans ajustados ni vestidos de fiesta, de que los chicos no van a mirarme como algo más que la gorda, de que el único lugar donde me aceptan sin importar mi tamaño ni mis caderas es en el club de la milanesa.
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Historia de una suicida.
Novela JuvenilLa chica con sobrepeso que camina a tu lado pero nadie nota. Esa chica tímida que tiene miedo a decir lo que piensa cuando en realidad tiene ideas interesantes. La chica con cicatrices en sus muñecas. Bueno, esa chica soy yo. Soy la chica suicida...
