Capítulo 4: ¿Reputación? ¿Tú?

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Resubido... ¿Qué te pasa Wattpad?

Las caras conocidas aparecen como si hubiésemos quedado citados a la misma hora y, como siempre, a Izzy le está dando igual, ni siquiera se percata de ellos, sigue tomándo mi mano, caminando a mi lado muy pendiente de las tiendas y de las exhibiciones que éstas tienen en sus vitrinas y de vez en vez, cuando encuentra algo interesante, me arrastra hacia alguna de ellas.

De manera "desapercibida" se han detenido a ver nuestras manos entrelazadas y yo soy el único que se está sintiendo incómodo por éso. Por supuesto que todos ya están suponiendo que entre nosotros hay algo comprometedor, seguramente todo el instituto se enteró de la confesión de Iz, así no lo hayan presenciado.

—¿Tienes hambre otra vez?— Exclamó mirándome con un puchero bastante tierno —¿O por qué te ves tan malhumorado?

—¿No has notado a la gente?

—¿Cuál gente?

—Los del instituto, acabo de ver como media clase por aquí.

Su mueca seguía siendo inocente, es lindo que se mantenga de tan buen humor éste día.

—¿Por ellos tienes ésa cara?

—Nos han visto mal porque parecemos jodidos maricas, ésto está cagando mi reputación— Solté mis palabras sin pensar, y me detuve justo cuando él soltó bruscamente mi mano.

—Eres el peor de los idiotas— Dijo en un tono escalofriante, su mirada había cambiado drásticamente y ahora daba miedo —¿Reputación? ¿Tú? A nadie le importa tu vida de mierda, se detienen a vernos porque tampoco tienen maldita vida, son sanguijuelas asquerosas que necesitan algo para matar lo miserables que son, éstas siendo igual que ésos bastardos insignificantes que sólo son un dolor del culo para la sociedad; maricones o no, no somos una puta mierda en la existencia, nadie nos va a recordar, a nadie le vamos a importar y somos nada. Despreciables insignificantes y condenados a la eterna estupidez.

Su palabras, su tono y su mueca de psicópata, me dejaron aterrado, y lo último aún más, ésa sonrisa siniestra y maligna que se extendió en sus labios, lo último  que vi de su rostro para luego empezar a caminar entre la gente, como si no acabara de insultarme de la manera más cruel que alguien ha hecho.

Estaba confundido, más que enojado. Si, lo había ofendido, pero su manera de insultar superaba por mucho a mis pobres palabras, aún así no podía enojarme con él, porque no deja de darme miedo y culpa.

—¡Izzy!— Grité entre el bullicio, él tal vez no me escucharía, y por éso, empecé a correr para buscarlo.

—¡Mc!— Alzó la voz, no lo escuché donde esperaba, estaba en la acera del lado contrario y algunos metros atrás, se apoyaba a la pared en una pose bastante relajada.

Pasé la calle con prisa y caminé hacia él, observando su expresión dulce ¿Cómo puede estar así? Creí que podría asesinarme.

—¿Te parece si seguimos?— Preguntó al verme ponerme en frente suyo y no salir con nada, asentí y le ofrecí mi mano otra vez —¿Éste maricon puede arruinar tu reputación?

—Maricones o no,  a nadie le importa— Mi respuesta fue suficiente para que entrelazara sus dedos con los míos.

—Duff, Sobre lo que dije— Empezó para mi sorpresa, ¿Izzy Stradlin se disculpara? —Todo es completamente cierto— Concluyó decepcionandome, bueno, es Izzy Stradlin ¿Qué iba a esperar? —Pero te amo, siendo humano y el peor de los idiotas, aún cuando todo lo que conocemos se desintegrara por la anti naturalidad de mis acciones, lo seguiría haciendo, amo muchas cosas de ti, y amo tu belleza caótica.

—Aún no comprendo como es que me insultas y me dices que me amas al mismo tiempo, y menos comprendo como es que me gusta que lo hagas— Él soltó una carcajada sonora bastante contagiosa y me quedé observando sus facciones tornadas en alegría.

—¡Ay pero mira! ¿Quién viene ahí pastelito caliente?— Habló en ésa voz chillona y detestable.

Mi novia y dos de sus amigas venían en nuestra dirección y aún no nos veían, pero con el dramatismo de Izzy nos notarian más rápido.

—Es tiempo  de amigos— Me excusé arrastrándolo a la tienda que estaba a nuestro lado, no es que no la quiera, pero... es un cariño distinto.

—¿En que les puedo ayudar?— Habló una voz femenina, yo aún estaba viendo hacia la calle.

—Mi amigo quiere una tanga nueva— Soltó Izzy en un tono estúpidamente serio, habíamos entrado a una tienda de lencería femenina y todo podía constatarlo —Es que su noche estuvo muy dura y terminó con todo.

—¡Cállate Idiota!— Dije dándole un golpe en el hombro, el soltó una carcajada aún cuando se quejó del dolor.

—Hasta lo dejaron con histeria—Continuó con su burla.

—Retirense por favor, están asustando a la clientela.

Asentí dándome vuelta, pero alcancé a dar dos pasos porque ella justo apareció por el cristal, aún no pasaba del lugar y no puedo dejarme ver o no nos despegaremos en el resto del día, miré a Izzy y entonces por fin quizo hacer algo por nuestro día de amigos.

—Fuera de bromas— Empezó dirigiéndose a la empleada —Quiero un par de esos.

El pelinegro había apuntado a un par de ésos guantes de red negros que hace tiempo decía necesitar y la chica por fin puso una cara amable.

—Iz— Hablé cuando ya íbamos saliendo de la tienda ésa —Anoche dormimos juntos ¿Estuvimos duros?— Pregunté inquieto acercándome a su cuello para susurrar las últimas palabras.

Ambos nos reímos a carcajadas por la estupidez y seguimos caminando.

—Debí comprarte una tanga, para que puedas moderlarla para mi.

—Ahg, no es necesario, se pierde mucho tiempo cuando la quitas.

—Tiempo de calidad para dejarte histérico— Murmuró cuando nuestras risas ya se habían extinguido.

𝑩𝒆𝒄𝒂𝒖𝒔𝒆 𝑰 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒀𝒐𝒖; 𝑫𝒖𝒛𝒛𝒚 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora