Capítulo 15: El tiempo se detiene.

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Fue triste ver su mirada envuelta en un miedo gélido, su cuerpo inmóvil, atado a una camilla, él había dejado de luchar contra las amarras, en pro por mis súplicas. El medicamento estaba haciendo efecto y sus ojos estaban perdiendo los sentires, ya sólo lucía como un ser vacío, al que el viento se le llevó el alma; besé su frente con cariño y dejé una caricia en su mejilla, por haz del destino un pensamiento asesino se cruzó en mi cabeza ¿Y si es ésta nuestra despedida? También pensé que la idea era bastante estúpida, aún así, puse mis labios contra los suyos y luego susurré un te amo, claro que el no reaccionó y entonces sólo bajé de la ambulancia, sintiendo que dejaba una parte de mi corazón en el vehículo blanco.

Sonja me dió un gran abrazo cuando mis pies tocaron el concreto, me había visto besar a su hijo y la miré nervioso antes de que sus brazos me rodearán confortablemente, no dijo nada, pero percibí todo con aquel acto y luego la vi subir y sentarse a un lado de su hijo, se despidió con la mano en un gesto deprimente y lo devolví de la misma manera antes de que la enfermera cerrara la puerta.

Vi cómo la ambulancia se iba y sentí como mi corazón daba un vuelco y dejaba un enorme vacío, estoy siendo dramático, sabía perfectamente que ésto iba a suceder, y en realidad la parte conciente de mi lo agradece porque significa que mi pequeño Izzy va a mejorar, va a estar bien, pero mi corazón necio no quiere alejarse más tiempo, soy conciente de que no puedo mejorar su estabilidad mental, únicamente lo he extrañado mucho.

El camino a casa me pareció devastador, a cada paso que daba quería soltar una lágrima, y seguía regañandome mentalmente por ser tan insensible, necesito pensar que el volverá sintiéndose mejor y éso tiene que bastarme, el tiempo no se ha definido, sólo espero que no sea más de un mes, así que voy a quedarme a esperar.

En cuanto llegué a casa, nadie me dijo nada, ni siquiera mamá, creo que saben que ésto es demasiado difícil para mí, ni siquiera saludé, fui directamente a mi lugar seguro, ése que siempre compartí con Izzy; cerré la puerta de mi habitación y me recosté en la misma, me quedé mirando el lugar que luce más lobrego que nunca, hay tanto de él aquí, empezando por las letras rojas en la pared que pintan un enorme "Jodete", repasé cada letra con la mirada y al llegar al punto final, sonreí al recordar un Izzy Stradlin poniendose mi ropa y bromeando entre gritos que necesitaba vandalizar algo de una manera muy punk, por supuesto que terminó con mi pared y yo con un regaño de parte de mis padres. Y a pesar de éso no me importó, porque realmente me gustaba tener algo más de el en éste lugar.

Dos primeros pasos y nuevamente mi vista me hizo detenerme, salté la ropa sucia del piso y me acerqué a las baquetas negras en una de las repisas pegadas a la pared, ni siquiera sé que hacen aquí, la batería está en su casa, o bueno algo de ella. Las tomé y toqué algo en el mismo lugar, definitivamente Izzy es mucho mejor en ésto, las volví a poner en su sitio y finalmente me tiré a la cama, me sobresalté al sentir algo viscoso sobre la sábana y me levanté medianamente para ver, había una dona de chocolate que ahora era sólo puré, por supuesto que independientemente de éso, terminó en mi estómago y luego terminé durmiendo para cortar tiempo de mi aburrida existencia.

Mi siguiente día fue aún más triste, desperté y minutos después de ver el techo, recordé la fecha, 24 de diciembre, si, ya casi es navidad y mi Izzy está en un lugar desconocido, muy lejos de mí, lastimosamente éste año no podremos cumplir con nuestra tradición de ir de vagos por la ciudad y emborracharnos al anochecer, pelearnos con cualquier estupidez y reconciliarnos al día siguiente para hacer planes para el último día del año y pasarla juntos, después de estar en aburridas cenas familiares, claro.

-¡Michael!- Mi madre soltó un grito que se escuchó por toda la casa, me quedé estático por un momento, no tengo ánimos para nada -¡Sonja dice que puedes hablarle a Izzy!

Entonces éso fue suficiente para hacerme levantar, salí a zancadas de mi habitación y luego salté de dos en dos las escaleras para cuando bajé, el teléfono volvía a estar en su lugar, había perdido la oportunidad.

-No llores, mi amor- Soltó Alice en un tono burlesco, fruncí el ceño y ella me entregó un papelito blanco -Es el número del sanatorio, puedes llamarle ahora.

Miré el número marcado en tinta negra y literalmente corrí al teléfono para marcar.

Cinco de mis ocho hermanos me miraban y no pude sentirme más incómodo, por suerte el cable me daba para pasar a la cocina y tener más "privacidad", como si fuera posible.

-¿Quien habla?- Contestó una voz femenina que forzaba amabilidad.

-Michael McKagan, deseo hablar con Izzy Stradlin.

-Espere un momento.

Miré por la ventana, hacia un día extremadamente frío, en la línea se escuchaban lejanos ruidos variados, hasta que algo más conocido interfirió.

-¿Hola?- Su vocecita lucía apagada.

-Hola Iz- Le saludé intentando mostrarme alegre, no quiero deprimirlo más.

-Duff, cariño, te extraño mucho, ésto es horrible- Mencionó con cierto enojo que me causó gracia.

-Hey, no debe ser tan malo.

-Si lo es, tengo cinco minutos para hablarte, me están escuchando ahora, muchos medicamentos, muchas preguntas, muchas personas, demasiadas reglas.

-Vale, pero seguro que si te va a ayudar, ahora que estás allí sabes que no es una cosa de locos- Dije intentando sonar positivo.

-Pues el terror es más entretenido. Aquí el tiempo se detiene y todo parece perder los colores.

-Prefieres el blanco y negro.

-Si, pero no el gris.

-Está bien dulzura, no debe ser tan malo, seguro tienes con quien hablar y...

-Éso es lo peor, no quiero hablar ni compartir nada con nadie, ni siquiera quiero salir de la cama, y si me he levantado es porque me han dicho que llamaste, no me interesa hablar con desconocidos y menos los que me obligan a bañarme a las seis de la mañana.

-Vale, pero por favor pon parte de ti, no quiero que tengas que pasar tanto tiempo allá, quiero que te dejes ayudar y que mejores, para que puedas hacer tu vida de manera bonita ¿entiendes?

-Estás hablando muy marica-Susurró burlándose -Pero no sé si pueda hacer éso, cada vez que alguien se acerca tiene que traer un tranquilizante, no soy una bestia.




𝑩𝒆𝒄𝒂𝒖𝒔𝒆 𝑰 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒀𝒐𝒖; 𝑫𝒖𝒛𝒛𝒚 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora