cuatro

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Con una superficial tranquilidad inhumana y terrorífica se acercó a la ventana y la volvió a abrir, teniendo cuidado de que el pelimorado no le clavara otra piedra en la boca.

— Hemos peleado. Si está ahí, ¿podrías por favor llamarla y pedirle que baje para que hable conmigo?

Soobin intentaba por todos sus medios convencer a YeonJun para que le cediera algún tipo de ayuda —aunque sabía que no le agradaba al mayor—; tenía la esperanza de poder ver un atisbo de solidaridad de su parte. Cosa que, por supuesto, no obtendría si se dedicaba a interrumpir sus estudios.

YeonJun lo miro fijamente por unos momentos, como en una advertencia de que bajaría y le rompería la cara si no se alejaba de allí lo más pronto posible. Soobin captó el significado de su mirada y trago en seco, arriesgándose por última vez mientras se alejaba lentamente de la casa.

— Está bien, ¡me voy! — se rindió para ver si así lograba que YeonJun atendiera sus necesidades, dando pasos lentos hacia atrás mientras seguía esperando una contestación. — ¿Podrías decirle al menos que me conteste los mensajes? — no hubo respuesta, en su lugar el azabache apretó los dientes con rabia. — ¿Eso es un no?

Por última vez esa noche, YeonJun cerró la ventana y se aseguro de que Soobin no lo volviera a fastidiar, regresando a su labor cuando el chico estuvo bastante lejos de su casa.

A YeonJun no le interesaban las relaciones amorosas de su hermana y Choi debía entenderlo: desde el primer momento que lo vio tuvo que captarlo, esa mirada helada que le envío através de sus oscuros ojos gatunos gritaban miles de cosas no muy buenas.

Y claramente fastidiarlo en su horario de estudio era el colmo; un colmo que se extendería a lo largo de la semana, en la que YeonJun no estaría dispuesto a ofrecer su mano amiga al idiota de Choi Soobin y menos para conseguir la aprobación de su hermana.

(...)

espero les esté gustando ¡! ♡♡♡

Abre la ventana, Choi┊SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora