6. Un deseo.

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Louis no quiere ver esa mirada de nuevo.

Sin embargo, desde esa noche es la única mirada que recibe.

Harry no deja de mirarlo así.

Siente que rompe su corazón una vez más cuando alza la mirada y sus centelleantes ojos verdes se nublan con culpa innecesaria. Odia cuando lo mira como alma perdida. Como un criminal que no ha pagado por sus culpas y cuya conciencia no le deja conciliar el sueño por las noches.

—Lo siento, mi amor. —Fue lo primero que escuchó poco después de abrir los ojos.

Quería decirle que no importaba. Quería decirle que no fue su culpa, que no llore. Se limitó a secar sus lágrimas y sonreír, haciéndole saber que todo estaría bien.

Deseaba creer que todo estaría bien.

Dos meses después, aún no lo está del todo.

Cuando todos están en la sala de estar contándole a Harry con sonrisas en sus rostros, Louis ve el brillo en sus ojos verdes. Lo ve resplandecer de manera genuina y como ya no solía hacerlo, al menos no frente a él. 

Hasta que lo ve a él.

Baja la mirada aún con una sonrisa y agradece de forma amable.

Louis siente un hueco en su estómago. No soporta verlo así, no quiere ser quien cause la mirada triste en su hermoso rostro. Detesta que Harry tema acercarse a él, detesta que le hable con delicadeza casi hiriente o que no le hable en absoluto. Él sabe lo que ha llorado, él sabe lo mucho que ha sufrido y trata de mejorar la situación. Sin embargo, Harry no se permite a sí mismo mejorar. 

Suspira y se aleja a una de las esquinas cuando Liam aparece con el pastel y las velas.

—¡Feliz cumpleaños, hermano! —Grita sobre el ruido esperando que lo escuche. Coloca el pastel en la pequeña mesa delante de él—. ¡Pide un deseo!

Harry le sonríe y levanta la mirada.

Louis sabe que lo mira y asiente con una sonrisa.

Harry suspira, cierra los ojos y sopla.

Entonces todos aplauden.

Pide un deseo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora