Epílogo

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Una semana después Harry mira su nuevo departamento casi vacío. Las cajas que aún no abre están apiladas en una esquina.

La luz que entra por el balcón y ventanas basta para iluminar toda la estancia.

Hay demasiado silencio y Harry no soporta el silencio así que decide poner algo de música mientras desempaca.

El timbre suena cuando va por la tercera caja. Se levanta con pereza y abre la puerta así mismo esperando que sea Liam quien espere del otro lado. No esperaba que fuera Louis.

—Hola, Lou. —Dice casi sin aliento.

Louis lleva una enorme camiseta y jeans que no escondían para nada su delgadez. Batalla con el peso de la enorme caja que está en sus manos, haciéndolo ver más frágil. Harry toma la caja y se hace a un lado para que él entre.

—¿Cómo has estado? —Pregunta para llenar el silencio y arrepintiéndose de inmediato porque Louis no puede responderle de vuelta. Se voltea para mirarlo esperando un gesto de repuesta. El castaño se encoge de hombros con una sonrisa y señala la caja.

Harry no entiende qué tiene que ver la caja y frunce el ceño.

Louis rueda los ojos y toma la caja. Camina hasta el centro de la sala, la coloca en el suelo y se sienta frente a ella. Toca el suelo a su lado pidiéndole a Harry que lo imite.

—¿Qué quieres mostrarme?

Louis abre la caja y saca un cuaderno con solapas celestes. Se lo entrega a Harry, quien lo toma y aún confundido lo mira. Louis asiente y Harry abre el cuaderno.

La primera página tiene una nota escrita por Louis.

Sé que las cosas entre los dos no han sido fáciles desde entonces. Sé que piensas que es mejor para mí estar lejos de ti pero créeme, no lo es.

Por favor, Harry, no te alejes de mí.

Harry mira a Louis y nota sus ojos vidriosos cuando cambia de página revelando sus fotografías juntos.

Es un álbum.

Su álbum.

Harry se acerca y abraza a Louis susurrando "lo siento" una y otra vez.

Louis corresponde a su abrazo y disfruta de su compañía y calidez por un rato más antes de sacar un sobre del interior de la caja y dejarlo a un lado. Harry lo mira con curiosidad pero al ver el fondo de la caja, sonríe entre lágrimas e ignora el sobre.

—Lou...

La lámpara que Louis le había comprado en su primera cita está ahí. Harry recuerda ese día con nostalgia.

Ambos habían ido a una feria de artesanías en su primera cita. Había mucha gente y muchas alhajas por aquí y por allá. Compraron algodón de azúcar mientras paseaban por los puestos bromeando entre sí. Obtuvieron un par de pulseras de cuentas que aún decoran sus muñecas y cuando él le dijo a Louis que le temía a la oscuridad a veces, el castaño le compró una lámpara de noche.

Se rieron de eso durante unos días pero aquella lámpara había terminado en el departamento de Louis con el tiempo.

Volviendo al presente, Harry se acerca a Louis y besa su mejilla con labios húmedos.

—Gracias. —Susurra apenas.

Louis niega y sonríe. Siempre lo ha hecho y no ha dejado de hacerlo en ningún momento. Harry siente su corazón cálido.

—¿Por qué ahora? —Pregunta confundido.

Louis alcanza el sobre y se lo entrega. Harry lo abre inseguro. Los resultados de unos exámenes realizados dos días antes es lo que encuentra. Los lee una y otra vez, no del todo consciente.

—Pero ¿cómo...?

—Tal vez fue un milagro. —La voz rasposa y apenas audible de Louis logra hacer que el corazón de Harry se estruje. Las lágrimas caen como un torrente sin control, se acerca a abrazarlo en medio del llanto.

—El doctor dijo que...

—Se equivocó. —Parece apenas un susurro entrecortado pero su voz es firme a pesar de eso.

—Oh, Louis. Como extrañaba escuchar tu voz. Lo siento tanto.

—Te he dicho que no lo hagas. No fue tu culpa.

—Pensé que estarías mejor sin mí.

—Nunca quise eso, Harry. Lamento si lo creíste. Estaba deprimido y lo último que quería era que te sintieras culpable por eso.

Tres meses parecían una eternidad. Harry había insistido en ir a aquel bar a unas calles del departamento. Louis tenía pereza para arreglarse pero había accedido.

Cuando regresaban poco antes de media noche, tres tipos los abordaron. Pensaron que sólo era un robo y les dieron sus pertenencias. Entonces Louis reconoció a uno de ellos como el ex novio de Sara. Al parecer el tipo también lo reconoció. Y antes de que pudieran reaccionar, el brillo de la navaja los cegó. Fue un corte limpio antes de que salieran corriendo.

Harry vio como la sangre caía. Sostuvo a Louis presionando la herida evitando que se desangrara en medio de gritos de auxilio. Un grupo de transeúntes se acercaron a ayudar mientras la ambulancia llegaba. Louis se desmayó y cuando finalmente despertó luego de varios días, no podía hablar. Sus cuerdas vocales estaban básicamente desgarradas.

El doctor dijo que hicieron lo que pudieron para reconstruirlas pero no aseguraba nada. Tal vez él no volvería a hablar.

Además del silencio de Louis, una extraña indiferencia se instaló entre ellos. Una enorme barrera que Harry no se atrevió a cruzar o escalar. Louis no quiso saber de nada ni nadie por un mes. Y Harry decidió alejarse con aquel amargo sentimiento de culpa.

Cuando Louis se sintió mejor, volvió a él y a la vida. Harry aún tenía miedo de arruinarlo. No sabía cómo lidiar con la situación y fue él quien colocó otra barrera, que esta vez, Louis sí intentó cruzar.

Harry decidió que era tiempo de mudarse.

Iban a hacerlo juntos pero una vez más, Harry tenía miedo. Estaba dispuesto a estar con Louis pero la cicatriz en su cuello y su silencio le recordaban una y otra vez aquella noche. No podía evitar sentirse culpable. Se encerró en sí mismo.

Decidieron tomarse un tiempo para sanar por sí mismos.

Tras un mes separados, Harry no podía soportar la soledad. Liam lo acompañó en su calvario mientras que Zayn convencía a Louis de volver y hacer algo.

Fue entonces que Louis organizó la fiesta de cumpleaños de Harry.

Fue entonces cuando el deseo de Harry fue que Louis volviera a él.

—No quiero separarme de ti pero tampoco quiero que estés triste por mí. Lo que sucedió ya está, es pasado. No quiero ver como te consume.

—Louis yo...

—Sé que lo sientes y ya te dije que no deberías. —Acuna el rostro de su novio entre sus manos—. Y estaré contigo para recordártelo cuando lo olvides.

—¿Aún me quieres?

Louis rueda los ojos.

—Por supuesto que sí, tonto.

Los ojos de Harry se iluminan como cientos de estrellas. Se inclina y lo besa, sabiendo lo mucho que extrañaba esos labios. Se siente vivo al fin.

—Te amo. —Susurra contra sus labios.

—Te amo. —Responde Louis con otro susurro.

Louis sabe que aún tienen mucho que sanar; sin embargo, lo harán juntos.

Hola, gente linda.
Es una historia corta que ha estado en mi mente desde un sueño. Iba a hacerlo un one shot y todavía lo estoy pensando (soy una indecisa, qué les puedo decir xd). Pero espero que les haya gustado, muchas gracias por todo. Y uhm, es todo je.

Hasta una próxima vez,

Ivanna x.

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