𝗛𝗮𝗽𝗽𝘆 𝗘𝘃𝗲𝗿 𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿 ; Stiles Stilinski (Book Of Extras) (Sin Editar)

𝐸𝑙 𝑑𝑖́𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝑠𝑢𝑝𝑖𝑒𝑟𝑜𝑛

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Septiembre, año 2024

Olivia iba emocionada en el asiento del copiloto del Jeep. Faltaba poco para volver a casa.

-¿Crees que Lydia y el resto logren venir?- pregunta ella.

-Bueno, se que los chicos no van a poder, Theo no tiene vacaciones, y al resto no los dejaron volver de la universidad- responde Stiles.

Eso la decepcionó un poco. Hubiera querido ver a sus amigos.

-Pero no te pongas mal, Lydia dijo que en unos días iba a llegar, Malia y Scott ya viven aquí, y Derek también- trata de animarla.

La chica sonrió y dejó un beso en la mejilla de su esposo. Todavía la palabra sonaba raro, pero lo amaba.

-Ya quiero ver a Sebastian, debe estar gigante, y Mía también- exclama emocionada.

Sebastián estaba ya casi en sus 6 años, parecía una locura, y Mía iba por sus dos años y medio. Ambos niños eran los consentidos por todos, pero Olivia era su favorita.

-¿Trajiste los regalos, cierto?- pregunta él a su esposa.

Sonrió inconscientemente al pensar en esa palabra.

-Claro que sí- responde.

-Que bueno, porque casi llegamos- avisa.

La reunión iba a ser en la antigua casa Hale, que ahora era una lujosa mansión y casa de verano. La casa de la manada McCall.

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-¡Oli!- gritó Sebastian cuando vió bajar a su hermana mayor del auto.

Estaban todos en el porsche esperando. Los dos niños jugaban.

El pequeño Argent se tiró a su hermana, que lo alzó en sus brazos.

-El tío Stiles también se alegra de verte, Seb, que gusto que lo notaras- dice el castaño rodando los ojos.

El pequeño solo le sacó su lengua, el quería a Stiles, pero era un completo celoso de su hermana.

La pareja sonrió cuando vió a Mía llegar hasta ellos, con un caminar torpe y a tropezones. Stiles la alzó a ella. Era obvio que cada niño tenía su favorito.

-¿Cómo está la pequeña alfa? Te extrañé- habló con voz rara.

La pequeña solo sonrió y besó la mejilla de su tío favorito.

Todos los adultos se acercaron a ellos también, y los ayudaron a sacar sus valijas del auto.

-Es bueno verlos de nuevo, Mía estaba inquieta desde que les dijimos que sus padrinos venian- dice Scott.

Después de muchos abrazos y una cálida bienvenida, todos entraron a la casa, y pasaron todo el día pasándola juntos, viendo cómo los más pequeños tiraban a sus tíos a la piscina.

-¡Scott, voy a matar a tu hija!- se escuchó el grito de Derek.

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Dos días habían pasado desde que Olivia y Stiles habían vuelto, ya era de mañana, pero no una de las buenas.

-¿Estás segura de que no quieres ir al médico?- pregunta él.

La chica lo miró desde el baño, lavó sus dientes, había vomitado al despertar.

-Seguro fue esa galleta que Mía me dió, no te preocupes- sonríe.