Capítulo 15

111 4 0
                                    

CIPRIANO



Solo esto me faltaba. Ser el centro de atención en una fiesta donde ni siquiera fui invitado formalmente. Soy el único "adulto" que debe estar al tanto de que JeanP no termine incendiando la casa o una brigada del SWAT venga personalmente a arrestar a todos estos imprudentes por el consumo excesivo de drogas y los acusen de ser hijos de mafiosos.

Aunque viendo la cara de unos cuantos, que puedo contar con los dedos de ambas manos, puedo reconocer el parecido en ciertos rostros con sus progenitores que estoy seguro están ligados en el mercado de la ilegalidad. Al final son rumores y yo no me haré participe de vociferar algo de lo que no he visto pruebas tangibles.

De igual manera, el ambiente fiestero de estos universitarios ya me asquea, en algunos he podido notar los efectos de drogas que los motivan a actuar desvergonzadamente. Un total desperdicio.

Cuando creo que el circo ha terminado me abro paso entre las personas para cruzar el jardín y entrar a la casa en busca de un ambiente sin tanto bullicio. En la cocina agarro un vaso y lo lleno de agua para beberlo de un trago, el vibrar de mi teléfono llama mi atención por lo que rápido lo saco del bolsillo de mis jeans viendo el nombre de mi tía reflejarse en la pantalla.

— Hola, tía.

— Hola, cariño ¿Cómo va la fiesta?

— Hasta ahora, bien, todo tranquilo.

— ¿Jean Pierre no te ha dado problemas?

Es lo único que sabe darme.

— No tía, tranquila — suspiro apoyando mi cadera del borde de la isla — Milagrosamente, esta es la fiesta más tranquila y con un número de personas razonable que JeanP ha dado.

En eso no miento. Hay una notable diferencia ya que no se encuentran personas dentro de la casa sobrepasando el límite de ocupación.

— Bueno — la escucho suspirar — Mañana llamaré. Cuídate hijo y envíale saludos a Jean Pierre.

— Sí, tía, saludos a mi tío. Suerte en su viaje.

— Gracias, hijo. Chao.

— Chao.

Cuelgo la llamada para guardar el teléfono en el bolsillo, dejo el vaso en el fregador, pero al levantar la mirada me fijo de alguien que sube las escaleras corriendo y tropieza en uno de los escalones. La clara silueta de su espalda encorvada no es precisamente por el dolor, ya que el estremecimiento es similar al de una persona que va a vomitar, esta se levanta y continúa corriendo escaleras arriba. Decido subir también, solo para asegurarme de que no es una excusa para entrar a algunos de los cuartos. El pasillo se encuentra iluminado por la luz del baño – parece que ni tuvo tiempo de cerrar la puerta – me acerco a paso apresurado y me asomo por el umbral esperando ser de ayuda, pero reconozco ese cabello y el vestido por lo que rápido tomo la mata platinada y acaricio su espalda.

Pretendo preguntarle si se encuentra bien, pero una nueva arcada me da la respuesta, por lo que decido esperar a que ella culmine con su malestar y decida hablar cuando crea conveniente.

Minutos después de permanecer arrodillada frente a la poceta decide levantarse, la tomo de los brazos y sostengo su cintura esperando a que se estabilice, pero ella misma camina con torpeza al lavamanos para limpiarse la boca.

— Por aquí hay un cepillo — digo mientras busco en la estantería. Agarro uno de los cepillos desechables, le coloco pasta y se lo entrego — Voy a buscarte un poco de agua.

Elevada Tentación [SDS #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora