EL PRETENDIENTE ITALIANO

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El cerebro de Angelo se estaba quemando y convertiendo en humo a fuerza de pensar y repensar a un posible regalo adecuado para donar al hermoso Afrodita: quería ir a los camerinos de las bailarinas a buscarlo ... o tal vez estaba mejor esperarlo afuera del club cuando hubiera terminado de cambiarse? Si iba tras bambalinas, en los vestuarios de los artistas, arriesgaba que la seguridad del lugar lo llevara y lo echara a patadas: no..no tenía que terminar así! Debía planear algo mejor !! Pero ahora era imposible acercarse a la bella drag queen porque se encontraba sitiada por fotógrafos, y todavía había personas que la aplaudían, gritándole "eres maravilloso!" o frases similares, y había incluso algún periodista que quería entrevistarla: el pececillo logró tener éxito, porque todos habían permanecido tan fascinados por sus movimientos y su graciosa voz. Fotógrafos y reporteros habían sido invitados a propósito a asistir a la noche de debut de Afrodita por Shion, el director del club.

Él, huelga decirlo, estaba muy emocionado, lloraba de alegría, de satisfacción, y no le importaba si por eso el maquillaje le estaba corriendo de la cara, tanto estaba en las nubes porque no le parecía real que todo esto le estuviera pasando!

-Hay una florería por aquí? - preguntó Death a Kanon.

- No que yo sepa! O tal vez sí ... pero en este momento está cerrada! Son las 2.30 de la mañana, cangrejo olvidadizo ! - respondió Kanon

Death Mask resopló, de hecho la floristería Chez Hélène que había visto antes en la calle no hacía claramente aberturas nocturnas.

- Vi un hermoso ramo de rosas rojas poco después de la entrada en el club - dijo Aioria - estaban en una mesa cerca del guardarropa: flores de primera calidad! -

Los ojos de Angelo brillaron.

- Querido gato pulgoso, nunca has sido mi tipo, no estaría en pareja contigo ni un nanosegundo, pero quiero que sepas que en este momento te amo! Lo juro!Te amo!!!!-

El crustáceo de repente saltó sobre la gata Aioria dándole un beso en la boca, y luego salió corriendo de la sala hasta perder el aliento, con la idea de "robarse" las rosas de la entrada roja del legendario club, para regalarlas al sueco: era un presente perfecto, y además era también gratis!

Aioria permaneció impactado, con la boca torcida después del beso de Angelo y miró con indignación a Kanon y Milo que se estaban matando de risa a sus espaldas , después de lo que habían visto.

Death logró robar el ramo de 12 rosas rojas, eludiendo la vigilancia de la seguridad y las miradas indiscretas de la chica morena del guardarropa, luego salió del local y escribió una pequeña nota, que colocó dentro del único capullo de rosa que aún no se había abierto por completo del ramo, y encendió un cigarrillo esperando la salida del pisciano por la porta de atrás utilizada por los artistas. En ese momento envió un mensaje con su móvil a sus amigos para hacerles saber dónde estaba: al cabo aproximadamente de media hora, Kanon, Aioria y Milo se marcharon de la sala interior del Moulin Rouge, después de terminar la botella de champán Cristal, y alcanzaron Angelo.

Cuando se juntaron todos, justo en ese momento, luego de un numeroso grupo de bailarinas, salió el joven Afrodita, sin maquillaje ni lentejuelas, pero todavía igualmente guapo y elegantemente vestido, en compañía de un otro hombre muy hermoso, que llevaba un estiloso esmoquin, dotado de un físico y porte envidiable, largo cabello viridian flotante, cutis lechoso y ojos azul violáceo.

A la vista del aguamarina Milo se quedó shockeado porque ese hombre era sin duda el tío tan guapo que había visto en la revista Ville Lumiére en el hotel.. y no solo eso: se parecía de forma alucinante, asombrosa, a ese excitante pelirrojo que había besado en el baño de caballeros hace una hora, y con quien hubiera hecho, con mucho gusto, el amor toda la noche si hubiese sido posible! Pero, pero ... el color de su pelo no era el mismo, así como la coloración de los ojos, y la ropa también era diferente: el francés peliagua llevaba un atuendo aún más lujuoso, llamativo, en comparacíon con el del chico rojo, incluso si la elegancia era la misma, había que decirlo, como la manera de comportarse. El griego a esta alturas estaba muy confundido, y ya no entendía nada: no sabía qué pensar y se quedó mirando el francés como atontado, en un intento de encontrar una respuesta.

SEDUCTORES [MILO x CAMUS/ CAMUS x MILO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora