SEDUCTORES [MILO x CAMUS/ CAMUS x MILO]

(DROG)ADICTOS AL AMOR

El capítulo es bastante largo, pero no me apetecía dividirlo en dos: habrían resultado dos partes incompletas....

Bajó las escaleras que conducían a la área superior del club, donde también estaban las oficinas del dueño del lugar, bostezando somnolienta, después de otra junta con su hermanastro, en la que incluso habían participado los dos nuevos probables socios de Hades, Thanathos e Hypnos, dos gemelos con una buena cabeza para los negocios, que estaban tratando de convencer al ya famoso y rico jefe de Pigalle, para invertir en la compra de la famosa discoteca anteriormente llamada La locomotive (o La Loco, o La boîte noire), que desde 2010 fue rebautizada como La machine du Moulin Rouge* : una vez este lugar era una sala de conciertos, y ahora se había convertido en la disco más grande de toda París, concurrida, y muy popular por la música electrónica. No hace falta decir que el celebérrimo club, atascado prácticamente bajo la estructura del Moulin Rouge, también era objeto de interés de Saori Kido, la joven mujer de cabello lila, anfitriona del molino rojo, y por lo tanto era inevitable, si querían adquirir el sitio, tener que lidiar con ella. Los mellizos habían sugerido al pelinegro de eliminar la competencia, dejando sin duda a la joven empresaria de pelo morado sin palabras, presentándose enseguida al actual dueño de La Loco con un maletín que contenga alrededor de 700.000 euros en efectivo, a presentar como abundante anticipo, con el fin de "reservar" el lugar: el posible dinero restante lo habría pagado más tarde. Pero si hubiera perdido por accidente esta "guerra" con Saori, se podría pensar de interesarse por lo que quedaba del Museo Erótico de la Ville Lumière, que en el pasado estaba constituido en un edificio de siete pisos, dedicado al arte erótico, que sin embargo lamentablemente había cerrado en 2016, y era recordado como un lugar de exhibición licencioso, divertido, pero nunca vulgar: tomar cartas en el asunto significaba renovar el espacio por completo, establecerlo con nuevas obras muy selectas: en resumen, darle nueva vida.

La dama alemana había llegado en su trayecto a cruzar la zona cercana al bar, ocupada por los sofás color amarillo dorado, desde dónde se vislumbraba el escenario de las actuaciones, resoplando aburrida, para llegar finalmente en la barra: allí los dos bartenders de Les Folies Pigalle, el infatigable Myu Papillon y el diligente Valentine, creaban bebidas a una velocidad increíble, uno tras otro, con el fin de cumplir el elevado número de peticiones de los clientes de la noche. Tomó asiento a la barra del mostrador, echando un vistazo al espectáculo del momento, es decir un stripper vestido con un sensual esmoquin y un sombrero de copa en la cabeza, que acababa de comenzar su coreografía, apoyado por fuertes gritos de chicos que lo incitaban deseosos.

-Parece que esta fiesta tenga éxito...- dijo la joven para sí misma, y ordenó a sus trabajadores que le hicieran su habitual Alexander al gusto.

En ese momento, recorriendo la sala con la mirada, la chica, sorbiendo su cóctel favorito, se detuvo a mirar por error a la fabulosa "pareja de enamorados" que le hubiera gustado unir personalmente esta noche, lidiando con una situación bastante graciosa: los dos pobres chicos eran perseguidos por dos doncellas, y no conseguían liberarse de ellas para entrar solos en el privèe.